En el escenario vacío, recogí una carta sospechosa que había visto brillar y la leí. En ella había escrito algo muy sorprendente. Mis manos temblaban y mi pulso latía fuertemente. Cuando terminé de leer, los sentimientos emergentes que había tenido se desvanecieron. Si hubiera habido alguien más aquí, probablemente les parecería que estaba practicando para el segundo acto de mañana.
—No... Esto no es verdad, ¿no...?
Todos admiraban profundamente a este magnífico dramaturgo, y seguramente se convirtieron en actores de la Compañía Burlet para realizar sus obras. Todo era por su pasión... seguramente. Y aun así...
Si lo que decía esta carta era verdad, ¿no podía considerarse traición, sacrilegio contra Burlet? Sin mencionar que yo... para ellos, ¡solo estaba...! Tristeza, ira, desesperación, odio: las emociones recién nacidas de repente echaron raíces en mi corazón. Antes de darme cuenta, corría con la intensidad de esas emociones.
¡Tengo que descubrir la verdad ya! ¡Necesito que me digan que esta carta es solo una mentira...! Salí del escenario, corrí del pasillo a la gran escalera, subí por ella y giré a la derecha, hacia la antesala #1 en el otro extremo. El personal de escenario se había ido a casa para prepararse para el día siguiente, por lo que no había nadie más que nosotros, el elenco. Las únicas luces en el pasillo eran débiles lámparas de pie. Entrecerré ojos corriendo por los pasillos oscuros, y abrí forzosamente la puerta de la antesala que emitía una ligera luz.
Slam. Con el fuerte sonido que provoqué abriendo la puerta, las personas festejando dentro de la sala se voltearon lentamente. Meiko con jarras de cerveza en ambas manos y su rostro sonrojado, pero aún tomando sorbos; Kaito con ella; Meg concentrada en una conversación, sus ojos brillando de emoción; Len pretendiendo que la escuchaba; Rin cantando y Luka bailando; y, por último, Gack inclinando tranquilamente su copa.
Todo el mundo estaba celebrando el maravilloso éxito de la obra de anoche en su propio modo. Nadie se había cambiado por el momento; aún vistiendo sus disfraces. Incluso podría verlo como una continuación de la tan divertida fiesta en el acto uno de la obra.
Gack, el más cercano a la puerta, quien estaba relajado y tomando vino en un sofá de tres plazas para él solo, se dio cuenta de mi llegada y paró para saludarme.
—Llegas tarde. Bien, ¿qué te parece un brindis por nuestro primer día? Todos hemos empezado ya, ¿lo ves?
—...
No pude conseguir pensar en una respuesta, así que me quedé parada silenciosamente, sin decir ninguna palabra. Gack pensativo llenó una copa vacía en la mesa con vino de una botella, y me incitó a que me acercara.
—Es la expectación perfecta que la actriz principal llegue elegantemente tarde. Esto es para ti. Ven, hagamos un brindis.
La copa que recibí estaba llena de delicioso vino tinto. Débilmente miré hacia el líquido rojo vibrando en mi mano. Mis primeras palabras podrían ser cruciales. Podrían establecer el tono de las cosas. Pero ninguna frase buena vino a mi mente. “Algo conciso, que no los haga temblar, y podría tomar la iniciativa hacia la siguiente conversación...” pensé desesperadamente, pero no se me ocurrió nada.
Mientras me quedaba allí parada sosteniendo silenciosamente la copa, notando mi raro comportamiento, el resto del grupo se volteó hacia mi dirección. Sus amables miradas, llenas de anticipación y optimismo, se quedaron atascadas en mi corazón y apagaron mi resolución. Pero tenía que decirlo. Cerré mis ojos firmemente, decidida levanté la copa, y tomé el contenido rojo todo de una vez. Mi nariz se llenó de olor a rosas frescas.
—¡Ahh, esta es nuestra actriz principal! Chicos, venga, terminen sus copas como ella.
—...
Sin encontrar ninguna culpa en mí, que dejé vacía la copa antes del brindis, Kaito se me acercó con una cara roja de estar borracho y una buena sonrisa natural.
—¿Podrías decir algunas palabras también?
Todos se voltearon para verme y se reunieron alrededor de mí. El primer acto apenas había terminado, pero todos estaban rebosantes de alegría como si tuvieran la bendición de las musas del arte en ellos mismos, y pusieron caras de alivio. Ninguna pista de duda, profundo alivio y deleite... yo tendría que arruinar su fabricada felicidad.
—¿...No me dirán la verdad?
Mi primera línea, después de mucho agonizar. Sin dar vueltas al asunto. Ya lo había dicho.
—¿La verdad...?
Un feliz y borracho Kaito, sonriéndome, abrió sus ojos lentamente. Luego parpadeó dos o tres veces.
—Esta carta... dice la verdad sobre esta obra.
Mientras dije esto, acercando la carta de mi mano izquierda hacia el lado de mi cara, el aire en la sala se congeló. Manteniendo exactamente las mismas sonrisas que tenían momentos atrás, todos en la sala se quedaron mirándome. Sin cambiar ninguna emoción. Ni siquiera parpadeando. Solo manteniendo sus respiraciones. Permanecieron quietos y cuestionaron cuál sería mi próximo movimiento. Después de un silencio considerable, Meiko bajó su cerveza lentamente, poniéndola encima de la mesa, y habló.
—Dime, ¿qué quieres decir con... la verdad?
En contraste con la casual naturaleza de sus palabras, sus labios se pusieron un poco rígidos.
—Tiene que ver con nosotros... haciendo este guion en una obra.
—¿Y...? ¿Qué quiere decir eso exactamente?
—Por favor... no se hagan los tontos. Está todo escrito en esta carta.
Me giré hacia la izquierda para ver la carta blanca que sostenía en mi mano.
—¿De dónde la has tomado exactamente?
—Estaba en el escenario.
—Bueno, entonces... ¿qué es concretamente lo que dice? ¿Puedo verla un segundo?
Kaito puso una mirada severa muy diferente a la de antes, bajó su taza, y se acercó a mí lentamente.
—Creo que ya sabes lo que dice, ¡así que no tengo por qué mostrártela...! Si lo que dice esta carta es cierto, ¿no es esta producción un “sacrilegio” en contra de ella?
—¡...!
En el momento en que dije la palabra “sacrilegio”, todos temblaron con miradas nerviosas. Viendo esta reacción, supe que lo que decía la carta era cierto. No tuve duda alguna en mi mente de que esto era un paraíso. Sentí que el suelo que pensaba que era sólido estaba destruyéndose debajo de mí. Desesperación... el sentimiento era como si me hubiesen empujado hacia dentro de un hoyo.
Sin ser capaz de aguantarlo más, sentí algo subiendo por mi garganta. Subí mi mano para tapar mi boca, y la mantuve así. Sin querer mirar a cualquiera de ellos a los ojos, lentamente aparté mi mirada y agaché la cabeza.
—Entonces era cierto... Me siento... muy horrible. ¿Y por qué...?
¿Por qué... me han engañado, y han tratado de involucrarme en el crimen que han cometido?
No pude articular esa frase. En mi mente, sabía que debí preguntarles eso directamente, pero tenía miedo de decirlo y que lo confirmaran como verdad. La verdad de que, desde el mismo momento en que todo comenzó, ellos nunca pensaron en mí como nada más que un conveniente, un peón desechable...
Estaba escrito en la carta. Hablaba de su intención de poner toda la responsabilidad —el pecado de esta obra, este sacrilegio contra Burlet— en la actriz principal, Miku, para decir que todo lo hizo ella. Era una trama para hacerme crecer que era actriz en la compañía de teatro, para profanar su guion, guardar silencio acerca de la verdad, engañarse a ellos y al mundo, y crecer como estrellas. Esa era su retirada si la verdad sobre el sacrilegio salía a la luz; decir que todo lo había tramado sola.
Abrí mi boca, queriendo confirmarlo, pero vacilé en decir las palabras. Tenía miedo de escucharlo de sus bocas.
—Simplemente pasó de esta manera... Por favor, entiende que... nosotros...
—¡No quiero sus excusas! Creo que todavía estamos a tiempo. Por favor, ¡tienen que anunciar la verdad al mundo! Si lo hacemos ahora, no será demasiado tarde. Yo creo que... No. ¡Estoy segura de que lo podemos hacer!
—¿¡De qué estás hablando!? ¿Qué dices? En el momento en que revelemos la verdad, ¿no ves que será nuestro fin y el de esta compañía de teatro? —Meiko se acercó a mí con su cara llena de enojo.
Ella era la más veterana del grupo, así que seguramente era la más preocupada acerca del futuro de la compañía. Aun así, estaba conmocionada de que se hubiese negado tan rápido. Miré hacia otro lado, evitando su mirada acusadora.
—¿Quién pudo haber escrito una carta como esa? ¿Debe ser alguien entre nosotros, no es así...?
Len, quien estaba descansando encima de un sofá individual, miró alrededor de la sala como si estuviera llevando a cabo una búsqueda. Pero nadie confesó. En el momento en que Len abrió su boca para seguir buscando al culpable, Meiko lo interrumpió para continuar donde lo había dejado.
—Eso no importa ahora mismo. Lo importante es que no podemos dejar que la verdad en esa carta se haga pública. ¿Lo entienden?
—De verdad... ¿no lo reconsiderarás? Todos estamos juntos en esto como amigos, ¿no es así? Tú no eres una excepción.
Amigos.... Para ellos, fue la mitad de un año como mucho. Para mí, fueron seis meses irremplazables en la compañía y con el elenco al que había aspirado unirme durante mucho tiempo como fan. Estar en el mismo escenario con ellos... Hasta ahora mismo pensaba que mi sueño se había hecho realidad. Pero todo fue fingido. Esta carta hizo que me diera cuenta. Fui poco más que una conveniente marioneta para prolongar la compañía. Me daba miedo ver la cara de Kaito al oírlo decir “amigos”... Me mantuve en silencio, sin ser capaz de mirarlos.
—¡Así es! Si haces algo como eso, será muy malo... Oye, ¡reconsidéralo! ¡Por favooor!
Rin, mirándome preocupada a mí y a sus amigos, habló con un quejido. Las lágrimas fueron acumulándose en sus ojos. El ambiente feliz de la fiesta se había ido completamente, y en medio la salvaje tensión, me atacaban a mí a diestro y siniestro. Llovía terriblemente afuera, y el pesado sonido de las gotas resonaba en la sala. Me mantuve en silencio por un tiempo, mirando por detrás de la ventana, escuchando, pero no oyendo la pesada lluvia ni el conflicto.
La tormenta de palabras cesó, y el silencio se hizo paso. Todos habían caído sumidos en silencio, determinando que yo no tenía ninguna respuesta a sus ataques, y ahora pensando su siguiente movimiento. Aun cuando me habían bañado en críticas, quise creer en ellos. Seguramente estaban confusos acerca de esta repentina situación.... al igual que yo. Así que, si pudiéramos hablarlo, podríamos entender cómo nos sentíamos. Teniendo una pequeña cantidad de esperanza de que no fuera demasiado tarde, empecé otra batalla con ellos.
—Um... Por favor, ¡escuchen! Esto es, de verdad.... De verdad, lo digo en serio. Esto será para el bien de la compañía. ¡Pensé en la manera perfecta de hacer esto, pero...! Pero hay razones por las que aún no puedo contarles los detalles. Aun así... ¡definitivamente resultará bien!
—No podremos recuperarnos una vez que el mundo sepa qué hay en esa carta que has tomado. Todos nuestros sueños, todas nuestras esperanzas, idas. Será el final de todos nosotros...
—¡Eso no es verdad! Por favor, créanme... ¡Por favor!
Kaito, aún preocupado, cruzó sus brazos pensando y apartó su mirada de mí.
—Bieeeen... ¿Puedes contarnos esos detalles o no? Me gustaría saber, ya sabes, las probabilidades de éxito.
Meg se subió sus gafas, parpadeando, cuando recordó que no las tenia puestas en el momento, dejando su mirada oscilar alrededor de la sala para esconder su error.
—Bueno, yo... Aún no puedo hacerlo...
Me agarré el brazalete de la muñeca izquierda. Si esto fuera de verdad una antigüedad de Burlet, como mi abuela dijo... tal vez podría hacerlo vendiéndola. Era una posesión de Burlet, y aunque se había decolorado durante un siglo, fue uno de sus accesorios favoritos que usaba todo el tiempo. En los retratos que sobrevivieron de él, este una vez hermoso brazalete estaba representado en una forma que demostraba su antiguo brillo. No cabía duda, se vendería por una muy buena gran cantidad.
Pero en el caso de que fuera falso... No quería dudar de mi abuela, pero el brazalete que usaba era muy antiguo, y no tenía alguna prueba decisiva de que de verdad fuera de Burlet. No podría decir con certeza que fuera real o no hasta que un experto en antigüedades lo examinara.
Además, ¿de verdad podría dejar ir un recuerdo tan importante de mi abuela...? No, no puedo permitirme vacilar acerca de eso. Tenía que hacer algo por el crimen de profanar a Burlet y engañar al mundo. Tenía el deber de proteger su historia también. En su lecho de muerte, mi abuela me dejó este brazalete y la misión de preservar su legado —al principio, sus últimas palabras me dejaron sorprendida. Pero, si fueran verdad, entonces debo proteger la historia de mi gran predecesor, como alguien que lleva su sangre.
Mi abuela me dijo que usara el brazalete cuando estuviera en problemas. Muy bien... Esto iba en serio. Pero debía negociar con los administradores del teatro y patrocinadores para ver si ellos aceptarían este plan que he pensado. Me preguntaba... Podría ser capaz de lograrlo en cuanto al dinero, pero probablemente no sucedería de la noche a la mañana. En el peor de los casos, podría tomar meses.
Aun así, debía tomar el riesgo. Mientras confiáramos en la fuerza que nos trajo tan lejos, entonces esta sería la única manera de proteger la Compañía Burlet en cualquier sentido verdadero.
—Aún... Entonces ¿quieres decir que algún día serás capaz? —cuestionó Gack intencionalmente mientras yo lo ponderé.
—Solo denme tiempo. Esto...
—¿Con un poco de tiempo estás segura de que podrás hacerlo?
Añadió Meg en otra pregunta. Sus ojos decían que no aceptaría mi respuesta sin ser “certera”.
—B-Bueno... No lo sabré hasta que lo intente... Necesito confirmar algunas cosas... No puedo decirlo con certeza por ahora, ¡pero...!
—Uhh... —Meg retorció su cuello. Dudaba de mi respuesta.
—Bien entonces. No puedes pedirnos que creamos en ti sin ninguna garantía...
—Pero yo... ¿Por qué...?
Meiko, quien pensé que sería la que más estaría de mi lado, siguió negando todo lo que yo decía, y me dolió todas las veces. Bajé la cabeza tristemente. Esta vez Luka, quien había estado en silencio escuchándonos conversar, suspiró, se paró, y me fulminó con una mirada penetrante.
—¿Preguntas por qué...? ¿Crees que eres la buena aquí? Has visto todo lo que nos hemos esforzado para llegar tan lejos, ¿no es cierto? ¿Cuánto crees que hemos buscado esta oportunidad? Lo que dices de intentarlo de nuevo algún día es un sueño. Nadie se creería una afirmación tan egoísta.
—Es verdad... Es desafortunado, pero si no puedes ofrecernos algo que sea digno de confianza, no será posible. No llegamos tan lejos para dejarlo a medias... Esto no es un juego, ¿sabes?
Meiko se agregó al interrogatorio de Luka, y yo estaba abrumada por sus amenazas. Pero tenía que reunir un poco de coraje y responderles. No podía perder.
—Entiendo... Pero lo sigo diciendo, ¡todo lo que puedo decir ahora mismo es que crean en mí!
—Solo eres una simple chica, que difícilmente tuvo problemas en su vida y no sabe el significado de cooperar. Sin experiencia, ignorante de la verdadera dureza del mundo... ¡Una blanda patética!
—Yo... Yo nunca quise... Es verdad, no tengo mucho historial, pero estoy dando lo mejor de mí...
Las palabras de Luka penetraron profundamente en mi corazón como un cuchillo. Lo que estaba diciendo... Era todo cierto. Todavía era una novata que no conocía nada. Siempre causándole problemas al resto. En el show de esta noche... si no fuera por ellos que cargaron con el peso, yo lo hubiera arruinado todo. No era mi intención negar ese hecho. Pero intenté dar lo mejor de mí para poder alcanzarlos. De ninguna manera estaba tratando de quebrantar el trabajo en equipo de todos y entrar en una disputa.
Tal vez estos eran los métodos usuales de Luka. Al igual que antes... sus palabras fueron duras y cortantes, pero ella siempre dejaba un camino hacia su corazón. Gentilmente tomé la parte de arriba de mi falda, de modo que nadie pudiera darse cuenta que estaba apretando el pañuelo que Luka me había dado.
—¿No pueden pensarlo de nuevo una vez más....? ¡Por favor! Aún hay....
—Te lo seguimos diciendo, ¡no creeremos en algo si todo lo que tenemos son tus sentimientos! Eres una verdadera tonta, ¿no es así? Suena como si tu quisieras abandonarnos justo en el final, ¿hm? ¡¡Traidora!!
—...¡!
Desesperadamente traté de ocultar cuán efectivas eran sus duros ataques, que tan herida estaba. Para mi, y para ellos. Aun así en el momento en que escuche la palabra “traidora”, mi último pequeño punto de apoyo se desmoronó, me desplome en la desesperación oscura, y toqué el fondo.
En el extraño silencio, un trueno rugió, y luz iluminó los rostros enojados de los demás. Cerré mis ojos y me enfoqué en mis pensamientos. Mi batalla con ellos aún no terminaba. Me di ánimos, diciéndome a mi misma que esto apenas había comenzado.
No debo preocuparme; no estoy sola. La voluntad que Brulet habia dejado atras fluye en mi cuerpo. Absolutamente él no hubiera querido esto. Si viera la situación, seguramente lloraría. Tenía que hacer algo. Después de una corta contemplación, lentamente abrí mis ojos, luego mi boca.
—Lo entiendo. Entonces enviaré esta carta a los tabloides.
Miradas afiladas se posaron sobre mí. Sus bocas se abrieron con sorpresa.
—Al principio pensé que podría solo esperar después de todas las actuaciones, y presentarlo al final de la llamada de paneles. Porque pensé que eso aún sería a tiempo. Pero, no... es muy malo. Y yo les pedí que me creyeran, pero ninguno de ustedes puede. No tengo nada más que decirles. Gracias por todo. ¡Adios!
Rápidamente me di la vuelta e hice mi camino hacia la puerta detrás de mí. En poco tiempo los demás me siguieron por detrás, gritando cosas para hacerme parar. Persiguiendome. No voltee hacia atrás, corriendo lo más rápido que podía en la oscuridad, el edificio sin luz. Las lágrimas que estuve conteniendo hasta ahora fluyeron como cascadas, haciendo borrosa mi visión.
—¡Espera! Hey, ¡espera!
— Ustedes dos, ¡tomen las escaleras del este y cubran las entradas de enfrente y atras! El resto de ustedes, dividanse y busquen en el segundo piso. Llamen a los demás cuando la encuentren. Las luces están apagadas, ¡así que no pudo haber llegado lejos!
—¡Entendido!
— ¡Bajaremos!
Con las direcciones de Kaito, los perseguidores se dispersaron. Por las voces, parecía que Rin y Len estaban bajando. Sí bajará ahora, seguramente sería atrapada rápidamente por ellos debido a su astucia y buenos reflejos. Todos gritaron mi nombre fuertemente. La voz de Rin estaba ligeramente quebrada; tal vez estaba llorando. Aún cuando yo debería ser quien estuviera dolida y herida. Miré hacia afuera, y miré que la ligera lluvia se había vuelto una tormenta torrencial.
Abrí la puerta hacia el almacén sobre el borde del segundo piso, y cerré cuidadosamente para no hacer algún sonido. Mi respiración acelerada causada por mi llanto fue difícil de volver a la normalidad. Aguantando mis lágrimas, llevé mi mano hacia abajo en mi bolsillo, apretando el brazalete fuertemente. Sentí la suave tela, y el duro metal.
Tap, tap. Percibí a alguien caminando cerca de mi. Ellos vinieron directo hacia la puerta.
—...Dime, ¿estás ahí?
—¡!
Era la voz de Meiko. Tal vez ella había escuchado mis llantos. Seria malo quedarme aquí... me arriesgué y silenciosamente caminpe hacia la puerta... Ok, no hay nadie detrás de ella. Abrí la puerta y corrí hacia el pasillo de nuevo, pasando por una aturdida Meiko.
—¡Hey! ¡Ella estaba aquí arriba! ¡En el vestíbulo del segundo piso! ¡Se dirige hacia las grandes escaleras!
Escuché a los demás, prestando atención a Meiko, dirigiéndose hacia las grandes escaleras uno a uno. Bajando las escaleras me llevarán directo a la sala... pero en poco tiempo, los pasillos que rodeaban las escaleras estaban llenos, y mis rutas de escape de alrededor estaban obstruidas. Estaba sola en el descenso , tomando mi distancia como si fuera un animal rodeado de cazadores. Una pared detrás de mí, las escaleras defrente - Rin y Len en el piso de abajo, Kaito, Meiko, y Gack hacia mi izquierda, Meg y Luka hacia mi derecha. No podía escapar.
—Ahora... se acabó el tiempo de correr. No hemos terminado de hablar aún. Vayamos hacia los bastidores.
Kaito tomó un paso hacia mi.
—¡Alejense...! Es en serio. ¡No se acerquen a mi!
La luz de la luna de la gran ventana de atrás, hizo a el hermoso cuchillo de oro brillar. Cerré mis ojos por su resplandor. La lluvia había parado. Saqué mi brazo izquierda con el cuchillo - la manecilla de la hora del reloj que yo había roto - apuntando hacia Kaito. Jadeos resonaron en el pasillo. Kaito lo miro, y su manzana de Adán se movió nerviosamente . El afilado borde de la manecilla del reloj brilló con la luz de la luna. Y pensar que tendría que recurrir a esto... de verdad era como un animal arrinconado. Me di cuenta que aquellas lágrimas que habían fluido de mis ojos habían parado.
Kaito parecía asustado por mi desesperada amenaza, pero enseguida recuperó su compostura y demostró que tal cosa no lo asustaría. Dio un paso hacia mí lentamente... luego otro, cerrando la distancia. Su andar engreído era casi como el de un depredador.
Retrocedí hacia el centro del pasillo con cada uno de sus pasos, pero no tenía adónde correr. Mirando hacia atrás, vi a Luka y Gack frunciendo el ceño y bloqueando el camino. En cuanto a bajar las escaleras, miré por las grandes escaleras a mi derecha y vi a Rin y Len que ya estaban esperando al pie de ellas. Mi mano comenzó a temblar ligeramente.
En un momento de negligencia, la carta en mi mano derecha, tal vez deslizándose por el sudor, se agitaba escaleras abajo. Abajo, Len observaba atentamente a los demás en silencio y se detuvo.
—¡La tenemos!
—¡N-No sirve de nada! ¡Tener la carta no va a cambiar la verdad!
Apreté el cuchillo que sostenía con las dos manos. Sin elección. Tenía que aprovechar la amenaza y salir corriendo. Rin y Len... Si les engañaba apuntando el cuchillo a Rin, probablemente Len se asustaría y la protegería... Aprovecharía esa oportunidad. Giré la punta afilada directamente hacia Rin escaleras abajo. Sus ojos se agrandaron, y se estremeció de miedo.
—¡¡...!! ¡Espera! ¡Cálmate! ¡Podemos hablarlo!
Al darse cuenta de mis intenciones, Kaito echó a correr de repente y se lanzó hacia mí. Fui demasiado lenta para apartar el cuchillo, y él lo agarró con sus grandes manos. Quería robarme el cuchillo, mi última defensa.
—¡Suéltalo!
—¡No!
Sacudí desesperadamente las manos a izquierda y derecha para despistarlo. Lentamente, los otros en el piso superior empezaron a encerrarnos a los dos. Kaito les gritó que no se acercaran más, ya que el cuchillo podía salir volando y era peligroso.
—¡Suéltalo! Que alguien... ¡me ayude! —grité, frenética.
Tal vez los miembros del público todavía esperaban afuera. Si alguien oía el clamor y entraba...
—No lo voy a permitir. Si viene alguien...
—Venga, ¡cálmate ya!
—¡No! ¡Que alguien me AYUDEEE!
—¡Está demasiado oscuro para ver nada! Por favor, ¡dejen de ponerse en peligro!
¡A este ritmo me va a empujar! Finalmente aflojé mis fuerzas y dejé de resistirme. Al mismo tiempo, Kaito debilitó ligeramente su control sobre mí. Aproveché la oportunidad para girar con fuerza mi cuerpo a la izquierda. Liberado involuntariamente de mi mano, el cuchillo cortó su brazo derecho, arrojando una línea parabólica de sangre fresca. Su rostro se contrajo de dolor, y vaciló. Lo aparté de mí de un empujón...
—¡YAAAAAAAAAH!
A continuación, Rin gritó. Giré a mi derecha y miré hacia abajo. Len se estaba aferrando desesperadamente a la mano de Rin tratando de subir las escaleras y ayudar a Kaito. Len estaba ocupado conteniendo a una Rin en pánico... Ahora era mi única oportunidad. Puse mi pierna derecha para correr por las escaleras, pero un momento después Kaito me agarró de las dos muñecas. Con solo su mano izquierda ilesa, estaba intentando inmovilizarme de nuevo.
Con las escaleras detrás, y Kaito frente a mí con una sola mano sosteniendo mis muñecas, ni siquiera podía mover mis manos con el cuchillo. Tuvimos un tira y afloja, pero me acercó lentamente a él. Vi a Gack, Meg, Luka y Meiko acercarse a Kaito con tensión y cuidado desde atrás para brindarle ayuda.
—Ríndete... ¡Ven con nosotros!
—No... ¡No!
—¡¿Por qué?! Hablemos... Y luego...
Incluso después de haberle apuntado con un cuchillo y herirlo, esos ojos parecían confiar en mí y tener una profunda compasión. Mi corazón se aceleró. ¿Por qué estaba haciendo una mueca así en un momento como este...? ¿Era solo otro acto convincente para domesticarme? Sabía que no podía dejarme engatusar y engañar, pero por alguna razón, una vez más, yo... Mis conductos lagrimales cerrados fluyeron nuevamente.
—¡¿Quién es el verdadero traidor aquí...?! ¡No... no quiero confiar más en ustedes!
Kaito se estremeció con sorpresa. Por un momento, aflojó sus manos. Y yo, que estaba tirando desesperadamente hacia atrás con mis manos, me quedé sin nada de lo que tirar hacia atrás.
—¡Miku...!
Su mano grande se extendió frente a mí. Cuatro manos más llegaron por detrás.
Mis ojos se encontraron con los de Kaito, que no podían estar más abiertos. Acto reflejo, empujé mis manos, aún sosteniendo el cuchillo, hacia él. Pero me quedé corta para cortar algo más que un espacio vacío.
El breve momento de caer por las escaleras pareció transcurrir en cámara lenta, como si estuviera encerrada eternamente en una escena de una pesadilla eterna. No sé si sentí algún dolor o algo así. Cuando mis sentidos se desvanecieron, solo escuché el sonido de un aplauso.
Ella yacía boca arriba al pie de la escalera. Sus ojos estaban vacíos. Rodeados de lágrimas, brillaban a la luz de la luna que entraba por la ventana sobre su cabeza. Sumergido en lo profundo de su pecho estaba el cuchillo dorado que había sostenido hasta el final.
El aplauso parecía resonar desde algún lugar, como si fuera una escena de una obra trágica. Todos se quedaron mirando la horrible vista estupefactos. Hubo un silencio, como si el mundo se hubiera detenido alrededor del cuerpo inmóvil de Miku. El momento se sintió como la eternidad.
—¡¡YAAAAAAAAAAAAAAH!!
—¡NOOOOO! ¿Q-Qué es esto...? Díganme... ¿Qué es esto...?
El silencio que parecía que iba a perpetuarse para siempre se rompió con un grito de Rin, seguido de gritos de locura de Luka.
—¡¡Miku!!
—N-No puede ser... Señorita Miku...
—...
Meiko y Meg, seguidas por Kaito, bajaron corriendo las escaleras. Meiko se arrodilló cerca de la niña desmayada y tomó su muñeca.
—Se le ha parado el pulso...
—¡¡...!!
Kaito la miró congelada, sin palabras. Detrás de ellos, Gack apoyó a la temblorosa Luka mientras bajaban las escaleras lentamente.
—¡Rápido! ¡Tenemos que llevarla a un hospital! No le late el corazón, ¡pero tal vez todavía hay tiempo!
La cabeza de Rin se levantó en respuesta a Meiko, y corrió hacia la puerta principal.
—Podría hacerle la RCP, pero quién sabe qué pasará cuando le retire este cuchillo... Pero tenemos que intentarlo... ¡¡Está muy oscuro aquí!! ¡¿Puede alguien encender las luces?! ¡¡Y que alguien me ayude a detener la sangre!!
—¡Voy!
—¡Y-Yo te ayudo...!
Len asintió rápidamente a las instrucciones de Meiko y corrió por el pasillo. Solo la luz de la luna permanecía inmóvil en la ténue estancia. Meg se sentó junto a Meiko, vacilando ligeramente.
—No es culpa tuya, Kaito... Se ha resbalado... Ha sido un accidente...
—....
—¡Y no podemos rendirnos todavía! Meg, hay un pañuelo que no uso en mi bolsillo. Cuando saque el cuchillo, apriétalo contra la herida. Yo te sustituiré después.
Meiko, quien afirmó tener un poco de conocimiento médico, tocó nerviosamente el cuchillo en el pecho de Miku. Respiró hondo y se lo quitó lentamente. Meg se inclinó sobre el cuerpo, apartó un poco los ojos y se preparó para la sangre que se derramaría.
El cuchillo salió sin problemas. Pero extrañamente, no salió sangre del lado izquierdo del pecho de Miku. De hecho, una vez que retiraron el cuchillo por completo, no quedó ni rastro de la herida, ni siquiera el corte en la ropa.
—¿Qué está pasando...? No salió sangre... Su ropa no tiene ni un rasguño... ¿Esto no es un cuchillo de mentira, no?
Kaito se quedó allí aturdido, y agarró el cuchillo tímidamente. Para probar, tocó la hoja con la punta de su meñique, y sangró ligeramente.
—¿Lo habremos visto mal...? Estoy seguro de que estaba clavado junto al corazón de Miku...
—Lo estaba... Yo también lo vi. No nos hemos podido equivocar... No... —Luka habló con voz entrecortada detrás de Meg, todavía temblando.
—¡...! ¡¿Su corazón?! Se ha... ¡¡¡detenido!!!
Meiko intentó hacerle la RCP y respiración artificial. Kaito, Meg, Luka y Gack observaban sin comprender. Meiko intentó la RCP una y otra vez, pero Miku estaba ahí totalmente inmóvil.
—¡¡Por favor, por favor!! ¡Miku, despierta!
El resto de ellos solo podía observar con tensión la desesperación de Meiko. Luego Rin, que había corrido hacia la puerta principal, apareció por alguna razón en el segundo piso y llamó a todos los que estaban abajo. Su expresión había cambiado; tenía los ojos bien abiertos y la cara rígida.
—¡Uh, hah...! ¡Ey, aquí pasa algo raro! ¡No hay puerta de entrada! Esto era el teatro pero... ¡parece que ya no!
Después de haberse distraído por los intentos de resucitar a Miku, todos finalmente miraron con calma a su alrededor.
—Es raro... Estábamos en el teatro cuando salimos de la antesala para ir con la señorita Miku... —musitó Gack con una mirada hostil.
—Las luces del pasillo estaban apagadas, así que casi no veíamos, ¡pero no hay duda de que estábamos en el teatro! ¡Podría rehacer mis pasos hasta esa habitación con los ojos cerrados! —gritó Luka, con un enfado evidente.
—¿Entonces cuándo...? —preguntó Kaito, recuperando algo de compostura y mirando atrás y a su alrededor.
—Bueno... No lo sé. Pero estoy seguro de que esto no es el teatro. ¡Miren afuera por las ventanas! El teatro está justo en medio del West End, ¿no? ¡No hay un bosque a su alrededor!
Meg hizo que todos miraran simultáneamente hacia la gran ventana sobre el rellano. Afuera, el viento aullaba a través de un bosque oscuro de frondosos árboles.
—¿Entonces dónde carajo estamos...?
—¡Oigan, he traído una lámpara! Quizá ya se han dado cuenta, pero... No estamos en el teatro, y no hay interruptores de luz... De hecho, no hay electricidad. Así que por ahora usaremos esto...
Len regresó con una pequeña lámpara y se acercó a Meiko que todavía estaba realizando la RCP a Miku. Meg, ayudando a su lado, vio las piernas de Len iluminadas por la tenue luz de la lámpara, y después, de un golpe, cayó de espaldas con un grito.
—¡Qué...!
—¿Q-Qué te pasa...?
—S-S... Señor Len, ¡s-sus piernas...!
Len bajó la mirada hacia sus piernas. Sus rodillas, las que tenía entrenadas por haber jugado mucho a fútbol, ahora eran hermosas articulaciones de bola redondas.
—¡¡QUUUÉÉÉ!!
—¡Len! ¡¿Qué ocurre?!
—Qué ra... ¡Qué rayos...! ¡¡M-Mi cuerpo...! —estaba demasiado aturdido para terminar la frase.
—¡No puede ser...! Te has convertido en un muñeco...
Rin se apresuró a bajar las escaleras y se acercó inestable a Len.
—¡¿Eres tú, no?! ¡¿Eres Len?!
—......
Len siguió sacudiendo la cabeza, todavía sin poder hablar por la conmoción. Rin comenzó a poner su mano en su pecho como si se sintiera aliviada, pero su pequeña mano se detuvo en el aire y lentamente se subió su vestido negro. Su rostro se volvió pálido.
—Yo... También...
—¿Rin también...? No...
—¡NOOOOOOOOOOOOOO!
El grito de Rin volvió a sonar por el pasillo. Rin y Len, tanto en construcción corporal como en tamaño, se habían convertido en muñecos. El mismo tamaño que parecían tener con el truco de perspectiva que utilizaban en el primer acto... Llegaban hasta las caderas de una persona de tamaño normal. Pero todos estaban demasiado desorientados por la muerte de Miku como para notarlo de inmediato. Una vez que Miku cayó, Rin y Len se escaparon rápidamente, y cuando estaban arriba, un truco de perspectiva similar indujo la ilusión de que tenían un tamaño normal.
—Señorita Rin, ¡cálmese!
—No, no, ¡NOOOOO!
—Mi... cuerpo...
—¿Estaremos... soñando...? ¿Es la maldición de Crazy ∞ nighT, por lo que hicimos...?
—¡...!
Todos callaron ante las palabras de Luka. “Lo que hicimos...”
—Por nuestra culpa... Rin y Len se convirtieron en muñecos... Y nos llevaron a esta extraña mansión en el bosque... Una mansión como la que describe la obra. Y Miku, que intentó condenarnos por lo que hicimos, murió...
Todos callaron. Incluso las manos de Meiko que intentaban repetidamente la RCP se detuvieron. En ese momento, algo brilló en el oscuro pasillo. Desde lo alto de una vieja mesa de madera, colocada junto a un reloj justo en el borde del pasillo después de bajar las escaleras.
—¿Qué es eso...?
Kaito se acercó lentamente al objeto sospechosamente brillante.
—¡Esto es...!
Cogió delicadamente el objeto y se dio la vuelta. Sus grandes manos sostenían un libro.
—Crazy ∞ nighT...
De hecho, la portada decía, con letras descoloridas:
"Crazy ∞ nighT". Una tenue luz pálida como una luna creciente brotó de ella. Kaito abrió lentamente el libro. Y leyó el contenido en voz alta para que los demás lo escucharan.
[...] La portada decía, con letras descoloridas: "Crazy ∞ nighT".
Una tenue luz pálida como una luna creciente brotó de ella. Kaito abrió lentamente el libro. Y leyó el contenido en voz alta para que los demás lo escucharan.
—"Prólogo"...
—...
—"¡Qué cosa más rara! ¡Estaban dentro de la obra pero ahora actúan fuera de ella!"
—¿Qué...?
Ahora, nos encontramos a las puertas del mundo de una historia particular.
Dejen que este cuento pueda narrar.
En un pueblo tranquilo, en la montaña, una joven vivía.
Junto a su abuela se crió. Ni padre ni madre conoció.
Se distraía de su soledad llenando sus pensamientos con mundos fantásticos.
Su abuela, viendo que esto era su pasión, un día la llevó a ver una función.
Allí, los mundos de ensueño que había imaginado aparecieron ante ella como si los hubieran calcado.
A partir de ese día, por el teatro quedó fascinada.
Y pronto quiso convertirse en actriz de portada.
Cuando la niña tenía quince años, su abuela falleció.
Y ella huérfana se quedó.
La tristeza se apoderó de ella, y terminó abandonando su morada.
Para cumplir su promesa... para ver su aspiración de convertirse en actriz realizada.
La joven partió lanzándose al bullicio de la gran ciudad.
Después de trabajar, iba al teatro a diario... para ver la Compañía Burlet, que le gustaba de verdad.
Un día, un milagro sucedió en esa compañía.
Se encontró un guion que era una preciada posesión.
Era Crazy ∞ nighT, conocido como el libreto perdido de Burlet.
La noticia por todo el mundo se esparció y una audición para el papel principal se realizó.
Por pura casualidad, la joven fue elegida.
Qué milagro... A la compañía se vio unida.
Después de mucho ensayo y mucha presión, finalmente llegó el momento de la actuación.
Ella asumió su papel protagonista, se convirtió en la Aldeana que vagaba en un bosque misterioso una noche insana...
Fue "invitada" por los extraños habitantes de una mansión y disfrutó de un "convite".
En la obra tenía lugar una magnífica noche de celebración.
El primer acto tuvo una gran acogida.
Y luego, el intermedio tomó vida.
Una carta en el escenario la joven recogió.
Por sorpresa suya, vio que a ella se dirigía.
Decía algo realmente horroroso y sin sentido.
El libreto perdido por los siete actores profanado había sido.
Era un acto imperdonable. Una mancha en la historia, reputación y dignidad de la compañía.
Sintió resentimiento, tristeza, desesperación e ira.
Y al final de la carta...
En el caso de que el sacrilegio de los siete se revelara al mundo...
La protagonista se llevaría la culpa.
"Había estado actuando desde el principio...
Lo hizo todo para asegurarse de que su nombre resonara en todo el mundo como el de una estrella.”
Cuando terminó de leer la carta, se sintió profundamente herida por la traición de sus amigos...
Y pensó... ¿Cómo puedo corregir este crimen que contra Burlet han cometido?
La respuesta a la que llegó fue: una disculpa.
Después de realizar la obra hasta el final... haría que ante el público asumieran su culpa.
Y su pulsera, un recuerdo de su abuela...
Como antigüedad de Burlet la vendería.
Podría recaudar dinero suficiente para pagar a todos los que la obra engañados visto habían.
Pero no podía saber de inmediato si su idea funcionaría.
Intentó proponer el plan a los actores, pero no lo oyeron, atacando con clamores.
No podía fiarse del todo de ellos... Y ellos no podían fiarse del todo de ella...
No llegaron a conocerse en profundidad... Y así nunca se contaron su respectiva verdad...
Eso fue el desencadenante de su destino cruel.
Al no poder convencer a los siete, la joven de traidora fue tildada.
Su pobre esperanza aplastada, en las profundidades de la desesperación, su amor y confianza se convirtieron en odio y decepción...
Por ese motivo se reafirmó en su hostilidad.
Pero...
La joven murió.
Así... en un abrir y cerrar de ojos, la cortina final la obra hizo terminar.
La obra no pudo continuar.
La protagonista había fallecido...
Los siete actores lamentaron la infeliz muerte de la actriz principal.
Y desearon: que su muerte sea sepultada.
Sí, ojalá esta tragedia fuera solo una escena actuada.
Y luego... algo extraño sucedió.
Su sangre cesó, e incluso la herida se desvaneció...
¿Su muerte se detuvo...? No.
La escena de su muerte de la realidad se eliminó.
Al mismo tiempo, se dieron cuenta de que estaban en un mundo diferente.
Sus cuerpos ya no eran la misma versión, se transformaron en los personajes del guion.
Los humanos, en humanos... pero los muñecos se convirtieron en pochinelas.
El grupo entró en pánico.
Luego vieron un guion brillante... Sí, el que ellos antes...
No, el que no pueden sacar de sus mentes.
Esto es un mundo ficticio por los hechos de esa “muerte” delirante nacido.
El mundo de la obra donde el momento de la “muerte” eternamente es repetido.
El mundo del guion profanado de Crazy ∞ nighT, el libreto perdido...
¡Qué cruel...!
¡Quieren lo antes posible de esta locura escapar!
¡A la realidad regresar...!
De repente cayeron en que, sin embargo...
Si volvían, entonces la escena que quisieron eliminar para convertir en letargo...
¿La muerte de Miku volvería a correr a su cargo?
Reanudar el tiempo significaría revertir de esa escena la desaparición.
Cuando regresaran a la realidad, el primer momento que vivirían sería la defunción...
Menuda tontería.
Solo quedándose aquí ella sobreviviría.
Viviendo en un mundo donde cada día moriría...
Pero ella aquello no lo sabía.
En este mundo donde su corazón latía, no recordaba perecer.
Renacía sin memoria del ayer.
De su muerte real y del temor de vagar eternamente liberada...
Probablemente agradecida por su nueva realidad aislada.
Pero volver...
Una de dos opciones había que escoger.
¿Volverán a la realidad, aceptando su muerte?
¿O permanecerán en la ficción de Crazy ∞ nighT por toda la eternidad viéndola morir igualmente?
¿Qué elegirán?
Una decisión tan difícil debe de haberles tensado. Pobres insanos.
Tienen que elegir con cuál quedarse...
Hay que hacer verdad la elección... ¿No les queda otra opción, verdad?
No saben la respuesta.
¿Si hubiera alguna sería más emocionante?
Piénsenlo. Tienen toda la vida por delante.
Por muy perturbante que sea una eternidad aquí...
En el mundo real es tan solo un instante.
En los libros, cuando el autor escribe “por siempre jamás”...
Solo tarda un momento en terminar la oración.
Pero en la ficción, el momento dura un poco más.
¿Entienden ahora?
La ficción dura eternamente... Mientras que esos momentos no existen, pueden ejercer en el mundo una fuerza interferente.
Es la obra de un solo instante.
Pero a las leyes de causa y efecto todo está sujeto.
La conexión entre la realidad y la ficción no se rompe fácilmente.
En cualquiera de los dos mundos, ella tiene un destino.
Ejercen sobre ella influencias... que la llevan hasta el fin de su camino.
¿Pero pueden estas influencias interceptarse?
Cabe la posibilidad.
Después de todo, aquí todo es inventado.
Aquí no existe ni el presente ni el pasado.
Son ustedes, los actores...
Quienes hacen que el tiempo avance y el accidente ocurra.
Pero incluso dejan que el curso de la obra transcurra...
Puede que un final inesperado esté por venir.
Repetir tantas veces el final no se puede hacer siempre igual, y esto ejerce una influencia en el mundo real...
Podría tratarse de eso... No suena tan mal.
O puede ser un sueño muy, muy ideal...
El paso del tiempo ∞ en el mundo ficticio, a una distorsión hace propicio...
¿Pero durante cuánto tiempo debe repetirse el vicio?
Todo por un solo momento de la realidad llevar a juicio...
Solo pensar en lo aterrador que suena, parece imposible.
El símbolo ∞ no es fácilmente entendible.
De hecho, es más de lo que su imaginación puede soportar.
Por eso es tan bello de admirar...
Es una locura. Como la que quieren hacer. Abandonen a la chica para poder volver...
El final de esta tragedia lo puede merecer.
Mientras la protagonista exista, ∞ finales la historia puede tener.
Pero locura tiene otro significado, ¿no es así?
Los miembros de la audiencia esperan frenesí.
Y yo mismo les vigilo. La escena me tiene en vilo.
La escena tiene lugar entre los actos uno y dos.
La página que lo describe ya ha dicho adiós. En los ataúdes del sótano, con sus cuerpos dormida.
Al mismo tiempo que el sueño, la ficción tomó vida.
Y su realidad también está allí por siempre escondida.
Para volver a la realidad deben despertar. Y este mundo donde el tiempo no existe parar.
En la página finaL el desenlace escribir, el tiempo retomar, la realidad de los ataúdes sacar...
Y la escena de su muerte desenterrar.
Por supuesto, la protagonista de esto es la encargada.
Al comenzar segundo acto, la página en blanco debe serle entregada.
Pero ustedes escogen la ruta adecuada.
Tal vez esto también sea un efecto de la realidad...
Para hacer que el tiempo marque una vez más, las manecillas del reloj usar deberán.
Dos de ellas hay... Si son listos, para qué sirven sabrán.
Ahora, les daré una pista.
Quiero deleitarme la vista... Me perdonarán.
Tan solo les deseo lo mejor para que tengan esta obra lista... una sugerencia del autor.
No es una orden, solo un consejo, así que no tienen por qué hacer caso a este viejo.
Les recomiendo que mientras ella esté cerca no hablen de la verdad.
Si recordara el momento de su muerte... todo se volvería hostilidad.
Recordar haber muerto estando ahora viva sería extraño.
Perdería la cabeza y se haría daño.
Este mundo es inestable, se mantiene por una balanza vulnerable.
Si se da cuenta de que murió, eso sería lo único fiable.
Y perder a la protagonista de la historia no les echa un cable.
Sin protagonista, fin de la función.
Sin orden, tan solo habrá perdición...
Las leyes de causa y efecto son muy delicadas.
Ambiguas, frágiles y fácilmente perturbadas.
Lo único que mantiene el orden es la cordura.
Así que, por favor, no abran esa cerradura.
Ahora volverán a actuar igual como lo recuerdan.
Dejen que los acontecimientos en un libro escritos se pierdan.
Entre todos ellos, aquí hay uno solo.
El de esta noche... la primera noche, cuando empezó todo.
El guion perdido que nunca escribí...
Estoy deseando ver lo que pasará aquí.
Estaré observando, noche y día, la actuación final esperando.
Ustedes, como yo, siguen en la antesala, en el intermedio.
Pronto los espectadores por el segundo acto empezarán el asedio.
¿Saldrán a ponerle remedio...?
Oh, ¿oyen ese aplauso, pueden creerlo?
Escuchen atentamente y vayan a verlo.
Les invito, actores, a un mundo lleno de fulgores.
A una obra ∞ que les hará mejores...
- El autor.
NT: Como este trozo estaba en verso, me he tomado unas cuantas libertades al traducir. No me gustaría que se perdiera el significado original, así que les dejo el texto en inglés al final de todo. Aunque tampoco sé si la traductora inglesa fue estrictamente fiel al significado...
Kaito terminó de leer el prólogo. Todos estaban boquiabiertos, congelados como si se hubiera detenido el tiempo. Meg fue la primera en recuperarse.
—El “guion perdido” que nunca escribió... El autor...
—Sí... De hecho, lo que hicimos no es otra cosa que un sacrilegio contra él... contra Burlet...
Después de murmurar algo como burlándose de sí mismo, Kaito se tambaleó. Gack fue a sujetarlo rápidamente. Kaito se disculpó y se quedó en silencio con la mirada sombría.
—Un mundo donde lo que pasó se repite eternamente en otra realidad... Y... esta es la realidad de Crazy ∞ nighT... ¿verdad? Y... no ha empezado todavía...
Como Kaito todavía estaba desconcertado, Meg tomó su lugar y comenzó a resumir y analizar tímidamente la situación, llevando la batuta.
—Sí... No puedo imaginar qué tipo de poder usó, pero... Parece que salvó a Miku, manteniéndola alejada de la realidad que no queríamos aceptar. Es por eso que su pecho está completamente ileso después de ser apuñalado con un cuchillo... ¿no es así?
Meiko habló con un ligero alivio ya que Miku, acostada frente a ella, no estaba necesariamente muerta.
—Este es un mundo ficticio. Nos ha atrapado aquí para siempre. Y tenemos que actuar como el elenco de esta obra en la que ella es la protagonista, destinada a morir. Mientras nos vigila día y noche desde quién sabe dónde...
—Entonces... ¡¿Entonces tendremos que actuar en esta obra hasta que muramos?!! —gritó Luka aterrorizada al procesar lo que dijo Rin.
—No creo que sea eso... Mientras interpretemos este prólogo tal como está escrito... Ni siquiera nuestras muertes en este mundo harán que la obra termine.
—¿Eh...? ¿Qué quieres decir con eso, Len...?
—Quiero decir que no terminará, no importa quién muera. Dice que seguiremos repitiendo esta noche. También dijo que el tiempo en la obra sigue pasando, ¿no...? Así que hay una cantidad de tiempo fija para realizar la obra. En ese tiempo, tenemos que actuar como los personajes de Crazy ∞ nighT. Luego, cuando se acabe el tiempo, comenzará la siguiente actuación. Y volveremos a representar la misma historia... Así es como tiene que ser. Y nosotros siete lo recordaremos todo. Pero Miku lo olvidará cada vez...
Len juntó sus palabras lentamente con los ojos cerrados. Luka se puso pálida cuando lo oyó.
—¿Actuar...? Pero, ¿qué se supone que debemos hacer? Y... si Miku recuerda haberse caído por esas escaleras... Si recuerda haber muerto... Este mundo terminará...
La forma en que Rin expresó sus dudas fue la misma que Len: cerró sus ojos y se concentró en sus pensamientos.
—...
Todos se callaron para pensar. Estaban tratando de comprender la situación y determinar qué hacer a continuación.
—Así que lo que hicimos fue un sacrilegio contra él... Burlet... El autor. Y se enojó... Sí, eso es todo, ¿no es así? —Luka habló distraídamente, con los ojos vacíos.
—¿Todo porque nos inventamos la mentira de haber encontrado su guion perdido... e hicimos una falsa obra con su nombre?
Rin agachó la cabeza y apretó los puños. Su brazo derecho tembló ligeramente. Tomando suavemente su mano, Len habló, como tratando de mantener algo dentro.
—Mira esto, la carta que Miku recogió... Miente... Dice que la culpamos a ella para que el mundo no se enterara de nuestro engaño. ¿Por qué Burlet querría que Miku viera una carta como esta? ¿Para separarnos? No lo sé... Pero está claro ha preparado todo esto para que Miku no se fiara de nosotros. Pero aun así, ella... Ella todavía confiaba en nosotros, y trató de persuadirnos. Y nosotros... ni siquiera la escuchamos.
—Todo es culpa nuestra... Miku no lo sabía. ¡Ella no tenía nada que ver, no hizo nada malo...! Lo siento, Miku... ¡Lo siento...!
—...
Meiko sostenía la cabeza de Miku, todavía en su regazo, con manos temblorosas. De repente gritó. El flujo interminable de lágrimas en sus ojos humedeció las pálidas mejillas inmóviles de Miku. Detrás de ella, Luka, allí de pie, aturdida, cayó al suelo. Mirando al vacío, habló entre lágrimas.
—Jajaja... Es mi culpa... No tuve consideración, la llamé traidora... Yo...
El aire estaba cargado de tristeza, arrepentimiento y desolación. Solo se escuchaba el sonido de los lamentos y la intensa lluvia de afuera. Después de un tiempo, Meg logró ser la primera en abrir la boca.
—Um... Entonces este es un mundo ficticio, no la realidad, ¿verdad? Incluso esta Miku de aquí está en la obra... Así que, si volvemos a la realidad...
—¡...!
Todos jadearon. Gack continuó con voz dolorida.
—Tanto nosotros como Miku estamos encerrados en este mundo para siempre. Sin embargo, si todo lo que hemos leído es verdad, entonces podemos volver a la realidad en cualquier momento. Pero cuando lo hagamos...
Gack vaciló, y la muñeca trató de continuar desde allí.
—Cuando volvamos a la realidad, Miku...
Ninguno de ellos podía soportar decir la siguiente palabra...
—...
Algunos miraban hacia abajo con rostros taciturnos y pálidos. Algunos cerraban los ojos para concentrarse en sus pensamientos. Algunos parecían sin emociones, como si no estuvieran pensando en nada. El silencio opresivo habló por sí mismo durante un minuto, una hora, una eternidad.
—Ahh... ¿No lo ven? Al fin.
Una voz neutral rompió el silencio. Habló con indiferencia, pero con un toque de alegría. Len, que estaba desorientado por el hecho de haberse convertido en muñeco, abrió la boca.
—Al fin... podemos realizar el verdadero Crazy ∞ nighT. El sueño con el que siempre soñamos... Una obra genuina hecha por el propio Burlet.
Los otros lo pensaron y lo miraron. Con sus miradas posadas en él, mostró una sonrisa intrépida. No había rastro de miedo o desesperación en sus ojos.
—Ahh, Dios... ¡Len siempre golpea de nuevo!
Rin hinchó sus mejillas, como un animalito que las tenía llenas de comida, y continuó.
—Me da un poco de vergüenza pero... siempre me han gustado las muñecas. ¡En este mundo puedo ser una niña linda para siempre! ¿No está bien? Quiero decir, el antienvejecimiento es un problema eterno para las mujeres. Será mejor que dejen de preocuparse tanto. El estrés hará que les salgan arrugas.
Rin le guiñó un ojo a Luka con mucha alegría. Su voz animada dio un soplo de aire fresco al ambiente pesado, y la desesperación se desvaneció lentamente de la cara de todos.
—Rin...
Luka, sollozando en el suelo, rápidamente se limpió las lágrimas, escondiendo sus ojos detrás de largas pestañas. Rin la observó de cerca con ojos de fuerte intención. Luka se levantó lentamente, se puso la mano derecha en la cadera y, inclinando un poco la cabeza hacia atrás, la miró, con su postura habitual. Con una sonrisa hechizante en sus labios, le lanzó una mirada desafiante a Rin.
—Cariño, ¿no es un poco pronto para que una niña como tú hable de arrugas? Especialmente cuando estás tan poco desarrollada que tienes el pecho plano.
—¡Qué...! Pensé que te habría hecho gracia, ¡¡pero ya estás otra vez con lo mismo, Luka!!
—¿Qué dices? ¿Acaso no es verdad? ¡Y no tengo ni una sola arruga todavía!
Meg intervino entre Rin y Luka cuando recobraron su actitud habitual.
—¡Ejeeem, Rin! ¡El alma de la fiesta siempre he sido yo! No me sigas arrebatando las escenas en las que tendría la oportunidad de brillar.
—¡¿Qué?! Bueno, es que... ¡Tú te has puesto a hacer el papel de Kaito!
—¡Cállate, Meg! Molestas...
—Ustedes dos ya han vuelto a la normalidad, eh... ¡Qué malos! Miren, Kaito parecía bastante triste, ¡así que pensé que tenía que ser yo quien le alegrase...! De hecho, he estado pensando... ¿No soy el personaje más encantador?
Meg puso los hombros caídos.
—Hemos vuelto a la jerarquía habitual... ¡Ah, esta rápida recuperación es verdaderamente magnífica!
—Jejejeje... Es bueno que puedas animarte tan rápido. Sí, no es bueno hundirse para siempre... Debemos ser positivos ahora más que nunca.
Gack y Meiko sonrieron pacíficamente al ver a las tres chicas regresar a sus acciones normales.
—Bueno, sé lo que estás diciendo, Meg. Quiero decir, alguien nos está haciendo bajar los ánimos, así que puedo imaginar que no está de humor.
—...
Rin se cruzó de brazos y se volvió hacia Kaito con los ojos todavía cerrados, luego se volvió hacia Len. Len suspiró un poco, luego se rascó la cabeza y habló.
—Básicamente hemos hecho de nuestras vidas una representación de las obras de Burlet. Para la Crazy ∞ nighT que creamos... investigamos todo sobre dónde vivía, se nos ocurrió un guion indudablemente interesante... pensamos en una forma perfectamente dramática para que fuera "encontrado"... y casi milagrosamente, fuimos capaces de seleccionar una pista que lo pintaría como la historia de una Cenicienta. No nos ahorramos crear una historia realmente dramática. Nos arrepentimos de que fuera un sacrilegio, y teníamos la intención de cargar con el peso de ese pecado toda nuestra vida... Así que no podemos arrepentirnos de esta historia perfecta en la que se basa el avivamiento de la compañía. Excepto por un detalle... que la dejamos morir.
Len lanzó una mirada agresiva, como un animal listo para saltar en cualquier momento, hacia Kaito, cuyos ojos aún estaban cerrados.
—...
—...
Kaito abrió los ojos y habló.
—Miku... Nuestra querida amiga... No dejaremos que muera.
El líder, que era el más afable y se sentía más responsable por no haberlo evitado, aceptó su error y estaba decidido a expiarlo.
—Kaito... Ninguno de nosotros piensa que tienes la culpa. La perseguimos en primer lugar debido a esa pelea en la antesala. Y si nos remitimos más atrás, todo empezó cuando nos inventamos el guion de Burlet... La compañía cayó tan bajo como para necesitar un guion falso... ¡Argh, si empiezas a pensar en ello no acabas!
—Tienes razón. Pero como líder tengo el deber de proteger esta empresa, el culto a Burlet... y a todos los miembros de la compañía. Y en este mundo, les compensaré por fallar en ese deber. Y por no creer en ella...
—Sí... Todos lo haremos, ¿verdad? La salvaremos juntos. No estás solo en esto. Nos volveremos a ganar su confianza.
—Meiko...
Los siete, recuperando su firme unidad, comenzaron a pensar en cómo salvar a Miku de este mundo. Kaito, con el vigor recuperado, se puso en el centro y retomó el control.
—Primero debemos entender la situación al completo. La escena de la muerte de Miku debería estar durmiendo en la habitación subterránea de los ataúdes. Junto con nuestros cuerpos reales.
—Así que estos cuerpos en los que estamos ahora son realmente falsos, ¿eh? Bueno. No es elegante en absoluto ser una muñeca. Aunque me gusta poder girar el cuello.
—¡Ah, sí! Yo también lo intenté. Práctico, ¿eh? Y compraría poder ser joven para siempre. ¡Tal vez deberíamos aceptar que jueguen con nosotros!
Los dos se convirtieron en muñecos, a pesar de haber estado más preocupados que el resto, ambos bromearon sobre las instrucciones de Kaito. Kaito se aclaró la garganta y habló de nuevo.
—Escúcheme, ustedes dos... Cuando Miku despierte, habrá olvidado incluso que se acercó a la muerte. Luego actuará en esta obra como protagonista, sin saber nada sobre el mundo que se repite, y se encontrará una nueva noche cada vez. Y cada vez lo olvidará. Bueno... parece mejor que recordarlo todo. Pero no, si piensas en un período infinito de tiempo, es espeluznante... Y no es nada comparado con morir.
—Cada vez que hacemos algo aquí, esto la conducirá hacia su muerte accidental. Pero Burlet escribió que podría haber una posibilidad de obstruir eso, ¿no?
—Si es así, tal vez nosotros siete podamos dividirnos alrededor de la mansión para permanecer a su lado y protegerla... Para mantener la guardia de las estaciones asignadas.
—Es una buena idea, Luka. Es posible que el contacto con nosotros haga que Miku sea más susceptible al peligro... Pero conocemos esos peligros de antemano, por lo que podremos responder rápidamente si ocurre algo.
—Cierto... Tendremos que inventarnos alguna razón para poder vigilarla y hacer las cosas tan seguras como podamos.
—Pero... ¿Cómo deberíamos actuar para que Miku no se dé cuenta de que hemos sido absorbidos por este extraño mundo con ella? Parece bastante difícil. ¿Seguimos fingiendo que no sabemos nada aunque nos pregunte? No me gusta... Sería como dejarla al margen.
Aunque por lo general era reticente y no particularmente apasionado, excepto cuando estaba en el escenario, en ese estado de emergencia, Len estaba contribuyendo activamente a la conversación y mostrando emociones que normalmente nunca expondría. Luka expresó rápidamente su acuerdo con Len.
—Pienso lo mismo. Me sentiría mal manteniéndolo en secreto todo el tiempo...
—Supongamos que le explicamos que todos estamos en las mismas circunstancias. ¿Qué crees que nos preguntará? "¿Por qué nos ha absorbido este mundo?" y "¿Cómo salimos?" ¿Cómo se lo explicamos? Te perseguimos en el mundo real y moriste... Y, probablemente a consecuencia de la ira de Burlet, como recompensa para él y para ti, se nos ha dado un papel en esta obra de teatro justo antes de tu muerte... Cuando le expliquemos la verdadera historia, volveremos a la realidad. Y decirle que está muerta... No es tan tonta. Seguramente se dará cuenta de la incongruencia. Es demasiado peligroso.
—Sí, es muy arriesgado. Me gustaría darle alguna explicación, aunque fuese inventada, de por qué estamos en este mundo... Pero si nos vamos de la lengua será el fin.
Kaito y Meiko hablaron estaban en contra de la opinión de Len y Luka. Todos vieron que tenían que pensar a largo plazo y empezaron a tomárselo en serio.
—¿Y si le decimos... que estamos atrapados en este guion falso que escribimos para Crazy ∞ nighT... y también nos hemos visto convertidos en parte de la obra, pero no recordamos nada sobre la realidad? Actuemos siguiendo el guion de nuestros personajes... Sí, ciñá-mo-nos al pa-pel. Si con-si-deramos que es tea-tro, ¡tal vez nos sal-ga bien!
—Ya veo... Bien pensado, Rin.
—¡Jeje-je-jej-ejeje!
Kaito asintió a la idea de Rin, y la chica muñeca se rió feliz.
—No podemos cometer otro error... ¿Verdad, Len y Luka...? Puede que sea difícil, pero será la mejor manera de protegerla.
—Entendido...
—Bueno, mi personalidad no cambia mucho en la obra y en la realidad. Puedo actuar con naturalidad, ¿no?
—Mm... ¡Evidentemente! ¡Hicimos el guion intencionalmente con personajes similares a nosotros para que fuera más fácil actuar! —Meg respondió rápidamente a Luka.
—Si los siete vamos a ser los personajes de la obra... entonces tendremos que seguir el guion —dijo Gack, acariciando su barbilla e inclinando su cabeza pensativo.
—Quieres decir que tendremos que hacer que parezca que solo podemos actuar de acuerdo con el guion de Crazy ∞ nighT, ¿no? Pero lo que realmente tenemos que hacer es proteger a Miku de la muerte durante toda la obra e intentar interferir con la realidad... Así que no ayudaría mucho seguir realizando el segundo acto como tal como es, ¿verdad? Si consideramos que esta mansión tiene un vínculo con la función... Lo mejor es que Miku se mueva libremente de un lado a otro. Como antes.
—Rin tiene razón... Cuando antes tratamos de perseguirla, fue difícil atraparla... Probablemente se escondió en una habitación para que no la encontrásemos. Pero, ¿qué habitación de este mundo será...? ¿Estará vinculada con alguna? ¿O tal vez debemos interferir directamente y ya...?
—Len, creo que lo que dices es un poco enrevesado... Hazlo un poco menos abstracto para que podamos entenderlo, ¿quieres?
—Claro, para que lo entiendas, Luka... lo que digo es que por mucho que pasen años, décadas o siglos en este mundo, la equivalencia del tiempo en la realidad podría no ser más que un segundo.
—¡¿Qué?! ¿Quieres decir que...? —Luka abrió la boca sorprendida.
—Pero eso no quiere decir que pasar tiempo aquí sea inútil en la vida real. Podríamos ver qué sucede si nos deshacemos de todo lo que representa una amenaza para la vida de Miku aquí... Eso podría evitar que tenga que morir en el mundo real. Solo es un ejemplo, pero Burlet escribió que también hay un reloj en este mundo. Podríamos destruir la manecilla del reloj que es un cuchillo. Eso podría sobrescribir los hechos en la realidad y hacer que el arma del crimen se rompa... tal vez. Pero pensándolo bien, Burlet dijo que necesitaríamos el cuchillo para volver a la realidad, así que no haremos eso. No podemos destruirlo.
—Mm... Ya veo. Sí... Hmm, entonces es eso, ¿no? Mhm, sí — Luka se cruzó de brazos y asintió enérgicamente.
—¿Seguro que lo entiendes...? De todas formas... interferir repetidamente con la realidad provocará una retroalimentación, y una vez veamos que vamos por el buen camino, todos usaremos las llaves del final para escapar: las dos manecillas del reloj, la carta que tiene Miku, el guion y los ataúdes... Una vez que lo tengamos todo, lo usaremos en orden.
—Hmm... Bueno, entonces tendremos que pensar en un escenario efectivo. Y, mmm, en uno que sea una especie de disculpa hacia Miku... por lo que sugiere Len...
Meg tomó el guion de las manos de Kaito y lo hojeó. El Prólogo era lo que Kaito había leído antes, con la información escrita por el maestro titiritero. Después de eso, desde el Capítulo 1, era la historia de Crazy ∞ nighT, el guion que Meg había escrito con las sugerencias de los otros seis.
—Hmmmm...
—Es difícil... Si estamos atrapados en el mundo de la obra, debemos actuar como dicta el guion... Siempre que no haya ningún tipo de accidente... —Gack se volvió a llevar la mano a la barbilla y puso una mirada seria.
—¿Un accidente, dices...?
—Básicamente, tenemos que convencer a Miku de que somos fruto de este mundo, que somos parte del decorado. No podemos salirnos del guion de Crazy ∞ nighT. Nuestras personalidades, acciones, todo, tiene que ser lo que está en este guion. ¡Qué mal! Ojalá hubiera alguna manera de evadir esa regla...
—A ver, Miku tiene recuerdos del segundo acto en adelante... Si no nos movemos según lo que ha ocurrido, sospechará. ¿Qué podemos hacer...?
Kaito hizo un resumen de lo que Meg estaba diciendo para que los demás comprendieran mejor y suspiró preocupado.
—Oigan... Hay algo que me gustaría probar.
—Cuéntanos, Luka.
—Meg, ¿me dejas ver el guion?
—¿Eh...? Aquí tienes.
Meg se acercó a Luka y le entregó el guion.
—Esto... Mm... La página entre los actos uno y dos... estaba aquí, ¿verdad?
—...
Los dedos largos y bien formados de Luka hojearon el guion. Al llegar a la página que estaba buscando, su mano se detuvo, agarró la página y tiró con fuerza hacia la izquierda y hacia abajo.
Con un agradable sonido, arrancó la página.
—¡¡...!!
Nadie pudo responder a la acción tan repentina. Los otros seis la miraron fijamente, con los rostros congelados por la profunda conmoción.
—¿Ven? ¡La he arrancado! Ahora, incluso nosotros... ¿Verdad? No podemos recordar nada sobre el acto dos en adelante.
—¡¡!!
Todos se tragaron sus palabras, demasiado aturdidos por la acción precipitada de Luka.
—¡Ejem! ¿Qué piensan? ¿Qué les parece?
—Realmente eres un genio. No tengo palabras.
La boca de Len se torció elogiando a Luka.
—¡Oh, gracias! Qué bien que un genio me llame genio.
—C-Claro... Al arrancar la página del guion, como somos parte de este mundo, olvidamos lo que estaba escrito en ella... Y dado que tenemos que proceder de acuerdo con el guion... No podemos continuar desde el primer acto, ya que hemos olvidado el resto... Pero...
—¡Joder! Luka, ¿por qué no nos has contado tu plan antes de hacerlo...?
Kaito y Meiko hablaron con una mueca de dolor.
—Porque si lo hacía, quizá habríais intentado detenerme. ¿No es así? Tenía que actuar rápido para hacerlo.
—Es cierto que esa brillante idea nos salvó. Gracias. Pero la próxima vez, habla con nosotros primero, ¿vale?
—Vale, vale...
—Bueno, por ahora... gracias a la, emm... contundente epifanía de Luka, tenemos relativa libertad para actuar en la obra... —dijo Kaito con una pizca de exasperación y una mueca temblorosa.
—¿Qué hacemos con esta página? ¿Decir que alguien la ha robado? Entonces creo que podríamos movernos como queramos, pero aún con algunas restricciones.
La avispada Rin consideró y propuso rápidamente su siguiente acción.
—Ajá... Si decimos que alguien robó la página, podemos simular que sospechamos los unos de los otros y fingir que la buscamos. Pero, ¿alguien debería llevarla consigo en todo momento, o debería estar escondida en algún lugar...?
—Kaito es el líder, ¿por qué no la lleva él?
—Bueno, sí, pero...
—¿?
—En el caso de que me pase algo, hay que procurar que no llegue a las manos de Miku...
—Sí... Entonces la esconderemos en algún lugar donde no pueda encontrarla.
—¿Qué tal en un ataúd con uno de los cuerpos?
—Rin... Eso es demasiado perturbador. ¿En un ataúd, de verdad...?
—A ver... los ocho tenemos nuestros cuerpos reales en esos espeluznantes ataúdes subterráneos del sótano. ¡La estaríamos poniendo con nuestros cuerpos! No tiene nada de aterrador.
—Esto... Yo-o... ¡No soportaría ver a un fantasma o un espectro ni nada de eso! ¡No!
Luka gritó, como si estuviera a punto de romper a llorar en cualquier momento.
—Los fantasmas y los espectros son lo mismo... ¡Rayos! ¡No seas egoísta! Y es como dice Kaito... Habrá repeticiones largas, muy largas... Algo podría pasarnos a cualquiera de nosotros. Necesitamos considerar los peores escenarios... Incluso tenemos que considerar la posibilidad de morir en el acto. Pero si eso sucede, este mundo es falso. Nuestra última baza, la realidad que estamos tratando de proteger, está en los ataúdes. Pero si Miku abre uno y regresa al mundo real... Esa historia en la que ella es realmente la protagonista... Su vida terminará...
Las cejas de Rin bajaron con tristeza.
—Podríamos salirnos con la nuestra viendo nuestros cuerpos, en el peor de los casos. Pero el ataúd de Miku, ciertamente no. Hagamos de eso nuestro último as bajo la manga. El simple hecho de tener la idea de que ya está muerta, o suponer que esta es la otra vida, pondría en peligro la estabilidad de este mundo. Pase lo que pase... protegeremos el ataúd de Miku con nuestras vidas. Y ocultaremos esta página del intermedio en él.
—¡Genial! Bueno, ¿vamos? —dijo Meiko, levantando el puño en el aire.
—¿Qué...? Mei, ¿vas a ir... ahora? ¿A los ataúdes subterráneos?
—¡Claro! El tiempo apremia. Y no tiene sentido prolongar la conversación aquí. Una vez que hayamos visto este mundo con nuestros propios ojos... ¡planearemos nuestros siguientes pasos!
Siguiendo el ejemplo de la proactiva Meiko, todos decidieron ir a los ataúdes del sótano.
—Mm... Bueno, entonces me pondré la primera, ¡síganme! Me conozco la obra de inicio a fin, por lo que probablemente más o menos sepa por dónde ir... Yo escribí los fundamentos de este mundo y dibujé la distribución de la mansión. Así que vayamos a ese sótano, ¿de acuerdo? Me pregunto si esa escalera de caracol secreta está ahí con el mismo truco y todo eso...
Meg tomó la iniciativa y guió a los demás. Kaito levantó a Miku y la siguió. Todos entraron en el pasillo detrás de las escaleras, giraron a la derecha, avanzaron y se detuvieron frente a la pintura de Twilight ∞ NightT que cubría la pared a su izquierda. Meg puso su mano derecha en la palma izquierda de la chica del cuadro, la pared se replegó hacia la habitación prohibida y apareció una escalera de caracol que conducía al subterráneo.
—¡E-Esto es...! ¡Una escalera secreta! ¡Oh, Dios mío!
—¿Qué tipo de mecanismo es este...?
—Estos dos son tan ingenuos...
Rin y Len dieron un salto y corrieron emocionados escaleras abajo. Meg luego comenzó a examinar el funcionamiento del sistema, pero Gack le dijo que bajar era su prioridad en ese momento y la arrastró a regañadientes.
Todos bajaron por la escalera de caracol. Finalmente llegaron a un callejón sin salida con puertas resistentes. Eran bastante pesadas, ya que estaban hechas de madera. Kaito y Gack lo comentaron mientras las abrían lentamente. Atravesando las puertas, había una habitación bañada por la luz de las velas, que contenía ocho ataúdes en filas ordenadas. Sin siquiera tener que abrirlos, todos parecían saber cuál contenía su cuerpo.
—Siento como si me estuviera llamando... Oh, Len, ¿es tuyo el de la izquierda?
—¿Este es su extraño vínculo entre gemelos?
Cada uno de ellos se detuvo ante sus respectivos ataúdes, como atraídos hacia ellos.
—¿Qué hacemos con Miku...?
Kaito, sosteniendo a Miku en sus brazos, se dirigió hacia... el ataúd de la otra Miku.
—Supongo que cuando llega el momento de abrirlo... da un poco de miedo.
—¿Qué te dije, Rin? Siempre tan negativa.
Kaito se quitó la chaqueta, la tiró al frío suelo de piedra y suavemente colocó a Miku sobre ella. Luego fue a abrir el ataúd. Pero...
—No se abre... ¿Está bloqueado?
Al mirar alrededor del exterior del ataúd, notó un agujero largo y delgado. Len trató de abrir su propio ataúd igual, pero descubrió que tampoco se abría y miró a un lado.
—Supongo que necesita una llave. Algo del tamaño de una tarjeta gruesa.
—¿Una tarjeta? ¿Dónde quieres que la encontremos? Si no se abren, ¿qué tal si los dejamos como están?
—Uh, Luka... Si eres así, te quedarás atrás cuando sea el momento de dejar este mundo —dijo Len amargamente mientras Luka seguía visiblemente asustada.
—¡N-No! ¡No quiero!
—Esto... Una llave, ¿no...?
Todos deambularon por la habitación en busca de una llave. Algunos cerraron los ojos y se pusieron a pensar seriamente.
—Miku... todavía no se ha despertado, ¿verdad?
Meiko acercó la oreja al pecho de la dormida Miku y comprobó su pulso con preocupación.
—Parece que el tiempo sigue detenido para ella...
—Mmm... Tal vez despierte una vez que abramos la invitación de Burlet a la obra y comience el tiempo aquí, como dijo...
—¿Esa invitación será la carta que tiene? —preguntó Luka, ahora sentado junto a Meiko y mirando a Miku con preocupación.
—Sí... Puede que esa sea la invitación. Pero tenemos que ocultar la página arrancada antes de abrirla y despertar a Miku.
Luka tomó la carta de la mano de Miku lentamente.
—¡E-Espera, Luka! No me digas que... No vas a abrirla todavía, ¿no? ¿No?
La voz de Meiko se quebró apresuradamente cuando se acercó a Luka.
—Por supuesto que no, solo la estaba mirando. Me preguntaba si llevaría algo más...
Luka comenzó a buscar entre la ropa de Miku. En los bolsillos de su falda, encontró un pañuelo y el minutero de un reloj. El pañuelo era el que le había dado a Miku antes del primer acto. Luka lo miró en silencio, lo apretó con fuerza y luego se lo guardó suavemente en el bolsillo.
—¿Qué? Oigan, ahora que lo pienso, ¿dónde está la manecilla de las horas? Kaito, ¿la tienes?
—¿Hm? Sí, después de sacársela, me la he guardado. Aquí.
—¡Muéstramela!
Rin corrió hacia Kaito como si hubiera tenido una revelación, tomó la manecilla de la hora de su mano y la miró fijamente. Luego se acercó a Miku y tomó el minutero que Luka encontró.
—Estos son los del mundo real... del reloj que Kaito compró en esa tienda de antigüedades... Después de buscar y buscar por encontrar el mejor...
—Por supuesto.
—Miku rompió el reloj y le quitó las manecillas... Tal vez no lo pudo arreglar después del primer acto, así que se las guardó en el bolsillo para preguntarle a Kaito.
—...
—Es solo, bueno... un poco aterrador, supongo. Que esto le sucedió a Miku fue... realmente todo por casualidad... como si un dios invisible lo hubiera querido...
—Accidente, milagro y coincidencia son lo mismo que probabilidad, Rin. E incluso si estamos todos en manos de... algún maestro titiritero... nos merecemos el castigo.
—Tienes razón, Len...
—Adjudicarle el crimen... Si se supiera... No lo planeamos así, pero la carta lo decía. Queríamos lastimarla y hacer que perdiera la confianza en nosotros... y al mismo tiempo, sin saber qué le había hecho pensar de esa manera, tampoco podíamos confiar en ella. Estoy seguro de que este debe ser un castigo de Burlet.
—Si lo es, lo está consiguiendo... Creo que no podría estar más triste, tengo el corazón hecho añicos... Es una magnífica venganza —murmuró Meiko con tristeza, bajando las cejas y tocándose el pecho.
—Venganza... Sin embargo, nos ha dado tiempo para arrepentirnos y la oportunidad de intentarlo de nuevo... Quizás solo quiera lo mejor para la compañía. Siento que no solo pretende ver y disfrutar de nuestra actuación...
Kaito puso una sonrisa preocupada. Pero su voz no tenía una pizca de pesimismo.
La pequeña muñeca que estaba en cuclillas junto al ataúd de Miku deslizó la manecilla de las horas en el ojo de la cerradura. Todos miraron con sorpresa. La llave no giraba. A continuación, insertó el minutero.
—Ah... Se abrió...
El clic de la apertura de la cerradura resonó en la habitación. Rin dudó en quitar la tapa del ataúd abierto. Así que Meiko, a su lado, la levantó con fuerza. Dentro estaba Miku, durmiendo como un muerto. Todos tragaron saliva y compararon su cuerpo real y el falso que dormía en el suelo.
Meiko sacó el minutero, lo puso en el ataúd junto al de Miku y abrió la tapa. Su cuerpo real estaba dentro, la viva imagen de ella. Suavemente puso una mano en la mejilla de la dormida Meiko.
—Duerme un poco más...
Len tomó el minutero para abrir su ataúd y el de Rin. Rin se unió a él sin decir palabra y abrieron sus ataúdes al unísono. Dentro yacían sus cuerpos humanos de tamaño normal. Con una mirada de tristeza en sus ojos, como si quisiera regresar a casa, Rin rápidamente volvió a cerrar la tapa. El rostro de Len no mostró ninguna reacción y le entregó la llave a Gack. Gack abrió dos ataúdes más con la llave, revisó su cuerpo y el de Luka. Luego Meg y Kaito revisaron el estado de los suyos.
—Creo que no deberíamos volver a esta habitación hasta la última noche, ¿vale?
Rin levantó la cabeza, todavía agachada, y habló.
—¡Nos entristece mirar demasiado! He... he decidido que hasta que llegue ese momento, ¡no volveré a entrar en esta habitación!
Todos aceptaron a regañadientes y fueron cerrando los ataúdes con determinación, prometiendo librar una batalla despiadada en este mundo... El sonido pesado de las cerraduras reverberó contra el techo alto y se desvaneció.
—Bien...
Kaito puso suavemente la página arrancada cerca de la mano de Miku, descansando cerca de su pecho. Todos observaron con detalle su pacífica cara dormida mientras la tapa se cerraba lentamente. Para cambiar el estado de ánimo, Kaito respiró hondo y quiso llevar la situación.
—Ahora, decidamos qué hacemos. Hay mucho en qué pensar, pero tenemos mucho tiempo... así que vamos a aclararnos las ideas.
—Sí, tenemos que decidir el curso de nuestras acciones una vez que Miku despierte —enfatizó Gack.
—Ajá. Cuando la señorita Miku despierte, le haremos pensar que está en este mundo extraño, el mundo de Crazy ∞ nighT, y que todos menos ella hemos sido absorbidos por la obra. Luego le haremos saber que este es un mundo donde hay que seguir el guion, ¡pero que una página ha desaparecido! Entonces, emm... Le decimos que tenemos que encontrar la página robada y hacer que el guion vuelva a la normalidad... Sí, solo necesitamos una forma natural de explicárselo. Mmm...
Meg, tomando diligentemente la tarea de resumirlo de una manera que todos pudieran entenderlo, explicó rápidamente cómo irían las cosas.
—Por su personalidad... si se despierta y somos lo primero que ve, probablemente entre en pánico. Ya saben, se preguntaría "¿Por qué son muñecos...?" y todo eso.
—Vale... Y si la golpeamos con un gran impacto como ese de entrada, comprenderá rápidamente la situación y no importa lo que suceda después, ¿no? Tendrá una especie de tolerancia. Creo que es una buena introducción.
—Exactamente, Rin. Será una gran sorpresa para ella, pero haremos que ustedes sean lo primero que vea al despertar, así le entrará el miedo... Con eso verá que estamos en un mundo distinto. Puede que le resulte más fácil evitar su fatídico destino.
—Mientras simulamos buscar la página, tendremos una excusa para buscar en cada rincón y grieta de este mundo... ¡Magnífico! Es más, podemos seguir protegiendo a Miku. También creo que habría que dejarla sola en algún momento y reunirnos...
—Buen punto, Gack. No podemos saber con certeza si acompañarla y protegerla siempre será la mejor dirección a seguir. Si los eventos en este mundo y la realidad están vinculados, tenemos que esperar a que ella se enfrente al peligro algunas veces. Y la protegeremos lo mejor que podamos. Poco a poco iremos contribuyendo a su salvación.
—Pero... ¿cómo vamos a contribuir, exactamente? Creo que deberíamos ir a ver dónde están las cosas, y comprender el diseño en detalle...
—Incluso si nos escondiéramos y no hiciéramos nada, dejándola sola, la posibilidad de que ella muriera es alta... ¿no es así? Mientras camina, ¿no podría tropezar y caerse por las escaleras de nuevo?
—Cierto. No podemos saber qué probabilidades tiene hasta que empecemos... Creo que las escaleras son especialmente peligrosas. Pero aunque Miku muera, no será real... sino solo una noche que se repite una y otra vez. Pero estamos tratando de cambiar la realidad. Sea real o no, tampoco podemos dejarla morir en la obra.
—Entonces, experimentemos cómo nuestras acciones pueden reducir el riesgo de muerte de Miku, y en qué medida.
—Sí. Hagamos como sugirió Meg, primero exploremos a fondo esta mansión... o este decorado. Veamos dónde está todo, cómo podemos usarlo, y qué representa un peligro. Luego pensaremos en si está vinculado con la realidad y trataremos de mantenerla alejada de las cosas que la llevarían a la muerte.
Después de que Kaito tomase la iniciativa de avanzar en la discusión, los demás intervinieron.
—Los elementos que hacen que Miku muera provienen de la realidad. Serán nuestra forma de causar interferencia con el mundo real. Y la vi en el vestíbulo; eso también podría ser una pista.
—Entonces... ¿Deberíamos mantenerla alejada de las escaleras, por ejemplo? Eso parece bastante difícil, ¿no? No podemos esperar que se quede en un solo lugar.
—Supongo que siempre deberíamos tener a alguien vigilándola para protegerla cada vez que se acerque a las escaleras.
—Ajá... Pues yo me encargaré de eso.
—¿Eh? ¡¿L-Luka ?! ¿Podrás hacer un papel tan importante...? ¿Estás segura?
—¡Rin! ¡Me ofendes...! Ah, ¿querías hacerlo tú? Pero, oh, ahora solo eres una pequeña muñeca. Cuando Miku vaya a caer por las escaleras, ¿podrías detenerla? Eres más bajita que ella.
—Jum.
—Es verdad. Entonces dejémosle las escaleras a Luka. Tiene buenos reflejos y es rápida pensando. Lo hará bien. Quédate haciendo guardia cerca del pasillo del segundo piso.
—De acuerdo, cuenten conmigo.
—Además, tenemos que pensar en la carta en blanco que Burlet dijo que ella tendría, donde se puede escribir el final. Es peligroso que lo escriba ella, por lo que deberíamos quitársela lo antes posible.
—Mmm. En la obra, la tenía en el bolsillo de su falda, así que... ¿no estará en su bolsillo cuando despierte también?
NT: ¿¿¿Pero no la tenían ya??? Esta historia es muy confusa...
—En ese caso, ¿qué tal si alguien se encarga de robar la carta de su bolsillo? Yo...
—¡¡!! ¡Sí! ¡¡Sí, sí, sí, s-sí!! ¡De eso me encargo yo, la brillante muñeca!
—...
—D-De acuerdo... está bien, ¿no, Len? De hecho, creo que Rin podría hacerlo bien. Las dos son chicas.
—Bien. Pero no la cagues, ¿vale...?
—Jijijiji... ¡Déjamelo a mí, querido hermano! "
—Uf...
—Además, el cuchillo. Eso es lo más peligroso de todo... Alguien debería llevarlo, creo.
—Sí... Pero si consideramos el vínculo con la realidad, estas manecillas probablemente deberían permanecer en el reloj, ¿no? Luego, cuando regresemos a la realidad, el cuchillo estará fuera de las manos de Miku, de nuevo en el reloj, tal vez...
—¿Pero qué pasa si ve el reloj y vuelve a coger las manecillas...?
—...
—El reloj está cerca del final de las escaleras. Luka estará en guardia en el piso de arriba, y asignaremos también a alguien frente al reloj para vigilarlo.
—Los efectos que un instante en este mundo tiene sobre la realidad serán extremadamente menores, ¿no? Incluso si paramos el tiempo aquí, ¿puede eso influir en el flujo del tiempo en la realidad...? No quiero volver a ver ese cuchillo en su pecho nunca más...
El rostro de Meiko se ensombreció al recordar esa trágica escena.
—Mientras exista la posibilidad, tenemos que intentarlo. Definitivamente existe el riesgo de dejarlo abierto de esa manera. Captará su interés y podría intentar cogerlas. Pero alguien la estará vigilando cerca y evitará que eso suceda. No, todos lo haremos. Cambiaremos de tema para evitar que se interese demasiado e inventaremos temas que no tengan relación para despertar su interés más que el reloj. Esto también podría tener un efecto en la realidad.
—Ya veo...
—Yo vigilaré el reloj. Después de todo, estoy segura de que mi forma de muñeca le dará más miedo a Miku que a cualquier otra persona, así que la mantendrá alejada.
—Bien pensado. Está bien, Rin. ¿Alguna otra opinión?
Meg rápidamente levantó la mano para hablar.
—Um, me gustaría probar algo mínimamente distinto. Antes de que huya de nosotros y llegue a las escaleras... ¿podríamos ganar tiempo para retrasar un poco el momento de la tragedia?
—¡Ajá...!
—Vale la pena intentarlo, ¿no, Len?
—Sí. Y dada la conexión de los mundos, eso podría tener un buen efecto.
—¿Cómo? A ver, cerebritos, están hablando de cosas incomprensibles de nuevo... ¿Podrían hacerme un resumen simplificado? ¡Trabajo en equipo, chicos!
—Vaya... Nunca pensé que esa palabra saldría de la boca de Luka...
Rin la picó, pero Luka no le prestó atención e instó a Len a hablar.
—Es verdad, veamos... Cuando ella huía de nosotros por el teatro, la perdimos de vista. Probablemente, Miku se escondió en alguna parte. Está claro que existe un vínculo entre el segundo piso del teatro y el segundo piso de esta mansión. Así que tenemos que averiguar dónde se esconde aquí y preparar algo allí todas las noches. Algo para evitar que siga deambulando por toda la casa.
—¡Eso es! Tenemos que hacer que se quede quieta más tiempo. Así, llegará a las escaleras más tarde y el punto temporal que corresponda a ese momento en la realidad también se retrasará...
Meg miró a Len.
—Kaito estaba inmovilizando a Miku... y Gack, Meg, Meiko y Luka estaban detrás de él. Cuando Miku estaba a punto de caer, los cinco intentaron agarrarla. Podríamos lograr que uno de ellos lo consiguiera.
—Retrasemos un poco las acciones de Miku. Con eso debería bastar. Entonces podremos hacer que nuestra respuesta sea más rápida.
— Ya veo... Entonces, nuestro objetivo es que, en ese momento, ¿actuemos justo a tiempo?
—¡Así es, Meiko!
—Claro, de acuerdo... más o menos lo entiendo, creo. ¿Entonces vamos a provocar su torpeza?
—Bueno, a ver, no te equivocas...
Luka no parecía entenderlo del todo, pero llegó a su propia interpretación independiente. Meg estaba atónita, pero lo afirmó.
—Lo primero que tenemos que hacer es inspeccionar las habitaciones del segundo piso con más diligencia.
—Ahora que lo pienso, ese almacén donde Rin siempre se escondía para practicar actuar como una muñeca… Ese sería un escondite ideal. Miku estaba en ese vestíbulo cuando de repente salió corriendo, así que tal vez...
—¿Eh?
—¡Ajá! Es del tamaño adecuado para esconderse. Si Miku estaba allí, ¡entonces deberíamos desordenar el almacén!
—¿Hum? ¿Por qué?
—Si lo desordenamos, le será fácil entrar, pero le tomará un tiempo salir. Eso nos hará ganar mucho tiempo. Y retrasará ligeramente el curso de sus acciones. Si lo hacemos, ¡ella llegará un poco más tarde a ese instante en la realidad!
—Entendido, vayamos a desordenar el almacén. Cuando termine la primera noche y comience la siguiente, probablemente, el almacén volverá a estar ordenado. Pero si este mundo está vinculado con la realidad, desordenarlo cada vez puede tener un efecto en la realidad eventualmente. Y esos efectos también se mostrarán en la obra. Si lo hacemos una y otra vez, quizá el almacén esté desordenado desde el comienzo alguna noche.
—Aunque, como dijo el dramaturgo, los efectos pueden ser abrumadores. Tal vez todo lo que podamos hacer sea desplazar ligeramente una escoba apoyada contra la pared. Y no sabemos cuántas noches tardaremos en lograrlo... ni cuánto tiempo pasará hasta que veamos si realmente podemos interferir... No lo sabremos hasta que lo intentemos...
—Todavía es solo una hipótesis que Miku se escondió en el almacén. Pero es posible... —asintió Gack, escuchando en silencio la explicación de Meg y Kaito.
—Sí... Agotaremos todas las posibilidades potenciales. ¿Y si se escondía en una de las otras antesalas? ¿O en la habitación de descanso? En ese caso, experimentaremos provocando interferencias en todas las posibles habitaciones correspondientes de la mansión.
—Bueno, entonces... Deberíamos asignar quién se encargará de qué zonas.
—Hm... No tenemos ningún mapa de la mansión, pero nos hemos convertido en sus residentes, ¿no? Ya somos parte del funcionamiento de este mundo. Aunque nunca hemos estado aquí ni lo hemos visto... ¡Sí, intentémoslo! Cuando pienso un poco en ello, ¡sé dónde están las cosas! Sin embargo, supongo que Miku no sabrá nada, ya que se supone que no reside aquí. ¡Eso nos da ventaja! También sabemos cuánto tiempo ha pasado en la obra... En este momento, sí, todavía estamos en la sala de espera, todavía no ha empezado.
—¡...! Es verdad...
Después de que Meg señalase eso, todos se quedaron en silencio y se concentraron en tratar de recordar el interior de la mansión. Poco después, Kaito emitió órdenes.
—Como decidimos antes… Luka y Rin tomarán vigilarán las escaleras y el reloj de abajo. Los demás ocuparemos cada una de las áreas alrededor de las habitaciones prohibidas que conducen al subterráneo en ambos pisos. Repartámonos equitativamente entre el primer piso y el segundo. Nos pondremos en contacto con los compañeros que estén cerca si sucede algo.
—También necesitaremos un tiempo para poner en común todo lo que ocurra cada noche. Tendremos que dejar a Miku sola, por lo que podemos hacerle buscar la página robada en la habitación con menos probabilidades de causar su muerte.
Kaito asintió con la cabeza a la sugerencia de Gack.
—Me duele engañarla... pero solo así podremos conseguirlo. Para que podamos interferir con la realidad desde la ficción, y ajustar los engranajes del tiempo en la loca realidad...
Todos parecían completamente unidos para sobrevivir a este mundo.
—Oigan, yo...
—¿Qué ocurre, Len?
—Burlet... No creo que le moleste que hagamos nuestra la "obra perdida de Burlet".
—Len...
—Quizá crean que eso es solo lo que nos conviene pensar, no me importa... Pero opino que si estuviera realmente enfadado por lo que estábamos haciendo y quisiera detenernos, nos habría detenido mucho antes de que llegáramos a esto. No me creo que esa carta apareciese inmediatamente después del primer acto. Quizás lo que la hizo aparecer fue nuestro júbilo por el éxito del primer acto. Porque estábamos hablando de que, si volvíamos a tener problemas financieros, podríamos hacer lo mismo... Y... si la carta no hubiera contenido esa mentira sobre la intención de acusar falsamente a Miku de nuestro crimen, tal vez ella se hubiera dejado llevar por la difícil situación de nuestra compañía y se hubiera unido a nosotros en el crimen.
—Así que tal vez le dejó esa carta a Miku para que, antes de que volviéramos a cometer el mismo error... tuviéramos la oportunidad de hablar, incluyéndola a ella, sobre si estaba realmente bien seguir por ese camino. Pero... no, por supuesto que no se sentía nada bien con el hecho de que pusiéramos su nombre en una obra que no es suya...
Len habló con miedo y empezó a temblar. Parecía querer expresar sus sentimientos de arrepentimiento por traicionar a Burlet, a quien respetaba infinitamente. Gack, a su lado, se puso en cuclillas para encontrarse con el pequeño muñeco a la altura de los ojos y le palmeó el hombro silenciosamente de manera alentadora. Kaito los miró y respondió con una mirada molesta.
—Es cierto... Todos estábamos extasiados por el éxito del primer acto. Ignoramos el peso de nuestro crimen y... discutimos sobre hacerlo de nuevo, si tenía éxito. Y estoy seguro de que lo habríamos hecho...
Asintiendo con la cabeza a Kaito, Meiko y Meg agregaron sus propias opiniones.
—Pensándolo bien, este es un buen lugar para reflexionar. Aquí tenemos mucho tiempo.
—Quizás estábamos a punto de perder algo importante que nos hacía ser quienes somos. Quizás nos habíamos vuelto un poco arrogantes...
Luka esbozó una sonrisa amarga.
—Vaya, bueno... tendríamos que pedirle a Burlet que nos diga lo que realmente piensa. Si yo fuera él, no obstaculizaría a las personas que intentan proteger mi compañía y mi trabajo tan desesperadamente. De hecho, solo lo hicimos porque teníamos que hacerlo, para mantener viva la compañía. Lo respetamos; no es que quisiéramos profanarlo a propósito. Yo creo que lo entendía y le gustaba vernos. Pero fuimos demasiado lejos. Insinuando la posibilidad de seguir falsificando sus obras... El objetivo de la carta era evitarlo.
—Nos dio esperanza...
—¿Esperanza...?
Kaito se sorprendió un poco cuando Gack dijo la palabra "esperanza", y luego continuó.
—Sí... Ciertamente, si hubiéramos confiado en Miku y la hubiéramos escuchado... y si ella también hubiera creído en nosotros más que en la carta, y nos la hubiera mostrado... seguramente el futuro habría sido diferente.
—Nos equivocamos... y resultó en una tragedia increíble. Pero deberíamos ver el lado positivo; Burlet nos dio mucho tiempo para reflexionar y la oportunidad de rehacer el pasado para que Miku pueda seguir viva.
—¡Así es! ¡Bien dicho, Meiko! Reflexionaremos mucho y alcanzaremos un futuro en el que Miku no tenga que morir... ¡Será un final feliz!
—Rin... ahora sonríes, pero no será un camino fácil, lo sabes, ¿no? No tenemos la menor idea de lo que puede pasar en este mundo. La vida de Miku estará en constante peligro. Y tenemos que actuar distantes mientras tratamos de salvarla. Si sentimos lástima por ella y nos rendimos a decirle la verdad sin cuidado, todo se estropeará en un instante. Incluso si llegamos a ese final feliz, una vez que volvamos a la realidad, tendremos que encargarnos de anunciar la verdad de nuestra falsificación y demás... y aun así no sabemos si Burtlet nos perdonará.
—Hm, Rin, Luka. Que Burlet no esté enojado por nuestra falsificación es solo una teoría mía, ¿de acuerdo...? No se lo tomen muy en serio. Yo solo... prefiero pensarlo de esa manera...
—De lo contrario, es muy aterrador, ¿verdad? Te entiendo, Len... Todos estamos asustados. Finalmente nos hemos dado cuenta de la envergadura de nuestro crimen y nuestro miedo. Tenemos que esforzarnos, o no servirá de nada arrepentirnos. ¿Estamos?
Kaito puso una mano en su corazón y habló como si estuviera jurando.
—Yo no lo llamaría expiación... Pero solo espero que Miku encuentre la paz en este mundo...
Era el momento de decidir.
Todos tenían rostros solemnes y serios, como si estuvieran realizando un ritual sagrado. Cada uno de ellos tuvo sus últimos pensamientos sobre la realidad a la que aún no sabían cuándo podrían regresar.
—¡Uhh, muero de hambre! Me tendré que conformar sin comer picante por un tiempo... Qué triste.
—¿Luka...? Antes hablabas valiente y responsable... ¿Por qué dices eso ahora? ¡Te has cargado el ambiente serio! Bueno, está bien... ¡iremos todos a comer picante juntos cuando volvamos a la realidad!
—Jaja... Pero la mía que pique poco.
—Kaito... Si te pasas de la raya se te volverán a hinchar los labios, te lo advierto. Jejeje...
—La comida que le gusta a Luka es deliciosa, pero... es tan picante... Tendré que prepararme.
—Las comidas no son una batalla, Gack... Yo no iré, gracias.
—¡No digas eso! ¡Tienes que aceptar el desafío junto con tu hermana, hermano!
—A ver... nadie está obligado a venir. De verdad, soy la única que puede comer tan picante... ¡Ya sé! ¡Invitaré a Miku e iremos las dos! Nunca hemos quedado fuera del teatro... pero estoy segura de que le encantará. Pero antes... debemos regresar sanos y salvos...
Luka se cruzó de brazos y se sonrojó. Todos miraron a la dormida Miku con sonrisas amables.
—No te preocupes. Regresaremos algún día. Nosotros... y Miku.
Rin habló con una sonrisa grande y alegre, cuando se dieron cuenta de que la carta en la mano de Miku brillaba débilmente.
—Abramos la carta... Cuando se despierte, será la primera escena del segundo acto...
Se habían vuelto a poner serios. Meiko abrió lentamente el sobre.
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