Bad End Night vol 2 Capitulo 2

Bad End Night vol 2
Capitulo 2

Cuando llegué al estudio, la puerta estaba entreabierta, y escuché una voz de dentro.

—Venga, Len, sabes que no podemos llevarla a la biblioteca. ¿No lo descubrirá?

Esas palabras, que escuché sin siquiera intención de hacerlo, hicieron que mi mano derecha se congelara en la manija de la puerta. Esa era la voz de la varonesa. Y dijo algo que no debería haber escuchado. ¿Lo había oído mal? Las voces en la sala resonaban en el techo, las paredes de madera y el suelo, y también se extendían ligeramente hacia afuera. Acerqué mi rostro al hueco de la puerta y miré dentro de la sala. Los siete ya se habían reunido. Estaban dispersos por la habitación, manteniendo la distancia el uno del otro. Estaban medio a oscuras, así que pensé que no podrían verme.

La varonesa estaba de pie al lado de la chimenea a la izquierda, la damisela, sentada en el gran sofá frente a la chimenea, a la derecha estaba el mayordomo mirando por la ventana. Sentados en dos sillones más cercanos a la puerta estaban los muñecos. Justo delante de la puerta estaba la sirvienta, sentada en la silla del escritorio. Y en el centro de la sala, bajo el extravagante candelabro, estaba el varón con los brazos cruzados. Las caras de todos eran severas.

—No nos precipitemos. Centrémonos en la actuación. ¿De acuerdo? No podemos dejar que abra los ataúdes.

—Solo pensé que podría tener algunos "efectos" interesantes contárselo. Y quería preguntarle un par de cosas directamente...

—¿Y si eso la puso en guardia, eh?

—Oye, te he dicho "lo siento"...

—¡Cielos! Len, ¿en serio lo sientes? Te estuve escuchando hablar con ella fuera de la habitación. Le contaste demasiadas cosas, y lo sabes... ¡Casi te vas de la lengua!

—Ya me pareció que había alguien ahí... Así que eras tú, ¿eh?

—¡Sí! ¡S-iem-pre tengo que estar con un ojo p-ues-to en lo que ha-ce-s!

—Es todo tan poco emocionante... ¿Por qué no dejarnos llevar de vez en cuando? Se habría dado cuenta de que todos estamos cansados de esto... Este... juego tonto.

—Eso es dejarse llevar demasiado. Todos nos lo tomamos en serio. Me alegro de que por lo menos Rin no te haya seguido la corriente. Pero si hubiera sucedido algo...

—¡Meiko tiene razón! Pasaba por el pasillo y pensé que estaba sucediendo algo ahí arriba, ¡por eso subí a echar un vistazo! Y entonces, ¿qué has descubierto...?

—Si quieres sermonear a alguien, hay mucha más gente que ha hecho cosas peores. Como tú, que te quedas en la penumbra sin participar en la discusión. Tan nerviosa... Eso sí que fue convincente.

—...

—¿Luka...? ¿Estás bien...?

—¿Eh...?

—Todo lo que puedan aportar influirá en el transcurso de las cosas. Luka, estoy seguro de que estás agotada, pero eres nuestra amiga. ¿No vas a contarnos qué te pasa?

—Kaito tiene razón, Luka. ¡Levanta la cabeza! ¿Por qué estás tan apagada? Si te preocupa algo, podemos hablar de ello...

—No es nada, de verdad...

—¿Estás deprimida por tu actuación? ¿Es eso? "Tal vez esto es la vida después de la muerte..." Si hubiera sido yo, me hubiera ido enseguida después de una línea tan peligrosa. Pero de todas formas está muy bien que lograras engañar a esa idiota. Con esa frase tan cutre, obviamente yo me hubiera dado cuenta, pero...

—¡¿Q... Qué has dicho?! Len... ¿Con quién te has creído que estás hablando?

—Con nuestra actriz estrella... Pero yo tengo mejor currículum, ¿no crees?

—Sí, Len tiene más experiencia que Luka, ¡y bastante más talento! Y también es más atractivo...

—Meg... ¿Te pasa algo conmigo a ti también? ¡A mí no me vengas con esa prepotencia, cabeza de chorlito!

—¡¿Q-Qué tiene eso que ver?! ¡Eres una víbora!

—¡Siempre tenemos que sacarte las castañas del fuego, incluso cuando la estábamos buscando! ¡Tan solo vas de lista! ¿Te pesa la cabeza de lo lista que eres?

—¡Chicos, cálmense! Este no es un buen momento. Todavía no tenemos la carta, y...

—¡Sí, chicos! Comprendo vuestra prisa pero... Bueno, tampoco queda mucho tiempo...

—Fue tu error lo que nos demoró, Rin...

—¿Qué...?

—Tú tenías que robar la carta, ¿no? Si no puedes hacerlo, ¿por qué no dejas que lo haga otro?

—¡S-Sí que puedo...! Es solo que... no fue el mejor momento...

—¿Y antes de eso? Tampoco fue el mejor momento. Si no puedes hacerlo, lo haré yo. No nos vas a joder.

—¡...!

—Oye, Len, genial. Rin también está cansada. Las mujeres son más delicadas de lo que piensas, ¿sabes...?

—Jajajaja... Muy gracioso. Por tu mirada afilada, pensé que podrías humillarte así, señor bien- queda.

—Ahm... Len...

—Todos nos hemos cansado alguna vez... No tiene nada que ver con ser mujer, Kaito. Si hay algo con lo que tenga que ver, es con esta noche de locos.

—Len...

—De locos... Sí, y tan de locos. Len, tú no deberías hablar tanto en este mundo, ¿no? Siempre estás haciéndote el chulo y nunca sé lo que piensas. Pero creo que realmente encajas en el papel de muñeco perturbado parlante, ¿no crees, lindo muñequito? Te has metido muy bien en el papel, ¿eh? Jajajaja...

—Luka, cálmate tú también. Nunca se habían peleado así... No sacamos nada de señalarnos y culparnos entre nosotros. Primero pongamos en común lo que hemos encontrado. Uno por uno.

—Aghh... ¡Está bien! A mí también me está agotando esto... Claro que tendrá consecuencias en el mundo real, pero he preparado este té con leche tantas veces que ya he perdido la cuenta. Es sieeeeempre lo miiiiismo. ¡Podría hacerlo con los ojos cerrados!

—Ah, tienes razón, Gack. Ahora la dejaste sola en vez de vigilarla, ¿no? Cuando terminaste tu intervención se suponía que debías traerla de vuelta aquí. Pero como la dejaste, primero fue al vestíbulo y los preparativos de Rin se retrasaron. Era predecible, teniendo en cuenta las reglas de este mundo: si la dejas sola, se sentirá atraída hacia ese lugar. Tendrías que haberla vigilado...

—Lo siento, Meiko. De hecho, fue un descuido por mi parte. Sin embargo...

—¿...?

—Sé que no soy el único que siente que estos métodos dejan mucho que desear...

—¿Qué...? ¿Tú también, Gack...? Len, ¿qué le has contado?

—Como si me importara algo. Simplemente hice lo que me dio la gana.

—Len, Gack, no molesten en el trabajo en equipo. Aún puede irse todo al demonio con un solo paso en falso. Hasta que no hayamos intervenido todos...

—¿No han intervenido todos? Yo he practicado con las escaleras una y otra vez. ¡Y esta vez lo hice justo en el momento perfecto! Siento que casi lo tenemos.

—No te adelantes, Luka. Todavía no podemos hablar con certeza, aunque estemos obteniendo cada vez más resultados. No podemos relajarnos hasta el final... o nada tendría sentido.

—¿No ves que todo ese optimismo insoportable se esfumará si se da cuenta? Len, Gack, no se andan con rodeos, ¿eh? Me irrita, pero tengo que alabar a Len por eso. No es que quisiera hacer lo mismo...

—Len, Luka y Gack en el equipo revolucionario y Kaito, Meiko y Rin en el equipo moderado... ¡Tres contra tres, eh! Y están bastante igualados... ¡Esta promete ser una buena partida!

—Meg... Ya estás otra vez...

—Meg, ¿no exageras un poco con el equipo revolucionario? Solo trato de hacer algo diferente...

—Por supuesto, el rarete misterioso actúa como un detective y toma una posición moderada... Debe ser agradable ser tan despreocupado. Como dice Gack, no habríamos llegado tan lejos. Solo estábamos experimentando. Hicimos algo más que el resto de ustedes.

—¡Len! Yo también estoy cumpliendo con mi parte, ¿sabes? ¡Los estoy observando a todos de la manera más neutral posible! Una obra de teatro necesita a alguien así, ¿no?

—Ciertamente, sí... si esto fuera simplemente una historia de detectives. Pero si de cooperar entre todos se trata, no necesitamos a nadie neutral.

—¡No seas boba, Meiko! ¡Es imposible pedirles a todos que piensen de la misma manera!

—¡Meg! ¿Olvidaste todo lo que hemos practicado? Siempre hemos ido todos a la una...

—Es cierto, Rin. Meg y Len han arruinado el trabajo en equipo.

—Hablando de "todos" y centrándonos en la totalidad de esto... De hecho, hay una cláusula que no nos permite ser como nosotros mismos seríamos. La suma de habilidades individuales puede parecer magnífica, pero cuando pasamos a ser un grupo, perdemos la capacidad de demostrar todo nuestro potencial...

—Quién iba a pensar que oiría eso de ti, Gack... Oigan, ¿podemos tomarnos un descanso? Creo que nos estamos estancando en esta discusión.

—Me encantaría, pero... desafortunadamente, no tenemos mucho tiempo. Nos queda menos de un tercio del tiempo. Empieza a ser preocupante...

—Oye, Kaito... ¿Qué le vamos a hacer? ¡Chicos...! Escuchen... ¿Esto es culpa mía...?

—No lo es, Rin. En esta obra nadie tiene culpa de nada.

—¿Ah... no? Es peor mantener esta pantomima. A veces va bien un toque de atención.

—Len, te estás pasando. Deberías...

—Ahh, ¡¿no ven que así no avanzamos?! Siempre hacen lo mismo últimamente. Puede que el equipo revolucionario tenga razón. ¿Deberíamos cambiar de estrategia? Además, aunque nadie dijera nada, si alguien le enseñara la car...

—Meg, es suficiente. Y también va para el resto. Dejen de pelearse. En cualquier caso...

—¡AJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!

De repente, Luka se puso a reír a carcajadas. La pelea se detuvo y todos la miraron fijamente. Monopolizando la mirada de la audiencia momentáneamente, tenía una sonrisa trastornada. Sentí la ilusión de que había una luz de cañón enfocándola. Tenía un carisma abrumador... En lo que me preguntaba su risa duraría para siempre, se detuvo repentinamente, y se calló en seco como una muñeca de cuerda.

—¿Luka...?

—Ahh. Qué divertido...

—...

—Odio esta obra... ¡La o-di-o!

Se levantó y abalanzó su mano izquierda sobre un jarrón de rosas en la mesa frente a ella. El cristal se hizo añicos con un sonido ensordecedor y molesto, y el agua se derramó alrededor de sus pies. Las rosas azules dormían dolorosamente en una cama de fragmentos de cristal. Se hizo el silencio durante un tiempo. Finalmente, con un ligero silbido, se desplomó sin fuerzas en el piso mojado. Se llevó las manos temblorosas a la cara y gritó, dolida.

—Simular esta misma noche... una y otra vez... ¡de esta obra que nadie ve! ¡Estoy harta, ya no me importa! Quiero volver a la realidad... A mi escenario, ¡con mi audiencia...! Todos quieren lo mismo, ¡¿no es cierto?! ¡¿NO ES CIERTO?!

Nadie abrió la boca. Una fuerte lluvia resonó en la habitación. Si la lluvia estaba cayendo con más fuerza, las nubes también deberían haberse espesado, pero por alguna razón la luz de la luna era más brillante que antes. Una gran rama golpeaba de vez en cuando contra la ventana por el viento, produciendo un sonido irregular como el de alguien que llama desde afuera. Me presioné el pecho con las manos, como para silenciar mi pulso latiendo en medio del silencio.

—Luka... ¿Qué estás diciendo? Mira, necesitamos descansar. No paro de repetirlo, pero se te ve mal. No te fuerces más...

Meiko habló para romper el silencio, preocupada, se acercó a Luka mirando a la nada y le tendió la mano. Luka continuó mirando aturdida y triste al vacío y, como si no entendiera por qué había una mano allí, habló.

—¿Qué...? Honestamente, dije lo que estaba pensando. Lo que todo el mundo piensa en el fondo... Lo dije por ti, como representante...

—¿Representante...? Bueno... mentiría si dijera que no pienso lo mismo, un poco. No puedo evitar pensar en la cerveza que tenía en el vestíbulo. ¡Y a veces tengo tanto antojo de esos sándwiches de queso que a menudo teníamos para cenar...! Me encantaría volver a tener una de esas noches divertidas en que bebíamos cerveza barata para celebrar cualquier cosa. Pero... no solo. Una vez regresemos, quiero hacerlo con todos ustedes.

—Meiko... Estoy de acuerdo. Escucha, Luka, ¿te olvidaste de la promesa? Nos ha costado mucho llegar hasta aquí...

—Por supuesto que no he olvidado esa noche abominable... Aunque quisiera, la tengo grabada en la cabeza como si hubiera sido ayer. Me hace querer olvidarlo todo como... ella. Y volverme loco... Una noche de locos... ¡El título ya lo dice!

—¡¿Qué?! No, lo que quería decir era...

—Viéndolo como la misma obra... la belleza decadente del final podría considerarse una obra de arte perfecta. Magnífico.

—¡Oye, vale ya! No digas eso, Gack... ¡Ey, Kaito!

Rin se levantó, corrió hacia Kaito, que estaba en el centro, y se agarró a su brazo izquierdo. Era común en ella... Siempre estaba aferrada a su brazo, como una niña que se aferra a su padre. Desde su pequeño cuerpo de muñeca, apenas podía alcanzar su brazo. Él se inclinó ligeramente y le dio unas palmaditas en la cabeza, diciendo que todo estaría bien. Su mano casi cubría la cabeza de la muñeca. Rin tenía la misma mirada de miedo que cuando me mostró el gato callejero que recogió.

—Luka, eres bastante débil de mente, ¿eh? ¿Cómo pudiste ceder ante esto...?"

—Porque no soy tan tonta como tú. Apuesto a que podrías arreglártelas bien solo, atrapado en un lugar como este. Desvergonzado... Te encanta, este mundo de locos... ¿no es así?

—¡No me gusta en absoluto! Claro que me gusta conjeturar e inventar historias en mi cabeza, pero esto...

—...

—Cuando se vuelven realidad, entonces no, gracias.

—¿Eh? Bueno, parece que te gusta mucho teniendo en cuenta... He estado pensando. ¿Podría ser que tú... tú...

—¡Te digo que no me estoy divirtiendo nada! Solo sé que un personaje graciosillo es necesario en una situación tan tensa...

—Personaje graciosillo, ¿eh...? Más bien "bicho raro", ¿no?

—¿Tú también, Len?

—Ajaja, lo has dicho tú. Todos los guiones que escribes tienen personajes así, ¿no? Ayudan a mantener el equilibrio. ¿Pero no crees que estar siempre en equilibrio de esa manera es un poco monótono... un poco aburrido? El verdadero arte, ya sabes, ¡es mucho más penetrante!

—¡...!

—Yo también estoy a favor de eso. Está bien. Si no, no pasa nada interesante.

Meg se mordió el labio con pesar por los comentarios de Luka y Len.

—Vaya, ¿entonces tú también te sientes así, Len? A ver, es verdad, no me gusta pensar siempre con la cabeza. Seguir la intuición, nuestros sentidos naturales... eso nos hace sentir vivos. ¡No serviría para algo tan aburrido como "trabajar para los resultados"!

Meiko hizo una mueca y amonestó a Luka.

—Luka, lo sé... No, todos sabemos que has estado cooperando con nosotros. Por favor, no lo remuevas más...

—Cierto... Entonces todos nos volveremos locos juntos.

—A propósito, yo creo que ya...

—Me di cuenta en el punto donde Gack dejó de regañarme por mis errores...

—En la realidad, no había discutido nunca con ustedes. Qué extraño se ha vuelto esto. Pero... no está mal.

—Deténganse... Basta... Chicos...

—¡Ajajaja! ¡Sí, estamos enfadados! ¡Todos nosotros! ¡Ahh, qué gracioso!

—¡Ey, Luka! Para ya.

—Dime, Kaito, ¿siempre tuviste una cara tan melancólica? No eres nada seductor ahora mismo... Solías estar tan brillante todo el año. Pero ahora, eres el dueño estricto de la mansión... Siempre con esa cara de pesar aburrida y arrugada. Quizás ya no sea una actuación. ¿O... tal vez no puedas luchar contra tu naturaleza, después de todo? ¿Actuaste de mujeriego desaliñado para bajarnos la guarda... y así es como eres realmente?

—¡¡...!!

—Oh, no... ¿Tengo razón? Lo siento mucho.

Kaito tendió la mano derecha para castigar a Luka pero se detuvo. La miró como si la hubieran mordido.

—Bueno, es bueno que tengas un papel tan apropiado, Luka. Acabas de darle una vuelta a tu actitud egoísta y eres más maliciosa que nunca. ¡Serías una villana líder perfecta!

—Mira quién habla...

—¿Una villana líder? Eso es muy cursi. Un villano siempre está en una posición de poder. Villano o héroe, ¡es todo lo mismo! Hacer un papel es convertirse en alguien que no eres tú... Y para hacer eso, necesitas engañar a todos los que te rodean... incluso engañarte, ¿no? Por tanto, siempre nos hemos engañado a nosotros mismos... ¡y hemos olvidado hace tiempo lo que realmente somos! ¡Oh, COMEDIA! ¡AJAJAJAJAJA!

Luka volvió a abrir la boca y rió en voz alta, con los ojos llenos de locura. Había roto la cuerda estirada hasta el límite. Había provocado que todos se lanzaran calumnias los unos a los otros. Incluso se despreciaron, se rechazaron y se molestaron entre ellos. Un acecho detrás de una fachada hermosa y ordenada que nunca se mostraría en el escenario: sus verdaderas caras, toscas y humanas. Qué asqueroso y feo era. Mientras veía esta escena repulsiva, mis ojos y oídos estaban fijos en ellos, como si estuviera atada a mi asiento.

—Estás pálida... Luka, que alguien te acompañe, vuelve a tu habitación esta noche...

—Oh, estoy bien. Vamos a poner fin a esto ahora... Sí, vamos a poner fin a todo, ¡a toda esta noche!

Luka gritó con los ojos abiertos de par en par. Todos se congelaron con sorpresa cuando dijo de "poner fin" a aquello. El silencio volvió a caer. Rin, que había visto la pelea aferrada a Kaito, avanzó lentamente hacia Luka.

—Oye... ¿De verdad quieres desperdiciar todo nuestro esfuerzo? Es una tontería. Te juzgué mal, Luka...

Rin estaba de pie a la misma altura que Luka sentada en el suelo, y se encontró con su mirada trastornada directamente. A diferencia de cuando tenía miedo, su cara ahora tenía una mirada fría, y emitía un aura amenazadora difícil de imaginar en su pequeño cuerpo. Se miraron el uno al otro, y Luka fue el primero en alejarse. Como si reajustara su postura, suspiró haciendo ruido, se puso de pie y habló mirando a la pequeña chica muñeca.

—Rin... siempre la buena chica... Pero sé que no puedes evitar sentirte sola. Sé que quieres escapar de aquí...

—Ha sido difícil para mí, y mi cuerpo se convirtió en esto... Es más de lo que puedo soportar. Pero todos los demás están aquí, así que aún no puedo darme por vencida, ¿no?

Las chica muñeca movió sus manitas para agarrar algo escondido debajo de su collar.

—Hmm. Bueno, ¿podrías vivir aquí toda tu vida?

—Bueno, quiero decir... Estoy segura de que algún día...

—Ese relicario... Siempre le hablas cuando lloras, ¿no?

—¡¡¿D-De qué estás hablando...?!!

A Rin le temblaban los hombros.

—Mi disposición es el pasillo del segundo piso y las escaleras... Puedo verte desde el pasillo fácilmente. Cada vez que ella no está, siempre estás de cuclillas y habándole a esto... "No puedo soportarlo, ven a ayudarme, lo siento..."

—¡...! Yo... Mi padre...

—Ah, entonces es tu padre. Estaba demasiado lejos para ver la foto de dentro. ¿Quieres que tu padre venga a salvarte? Ah, pero... ¡quién sabe siquiera si iría a ver a alguien como tú actuar!

—Q... Q...

Rin se puso pálida. Estaba temblando y se cubrio el rostro con sus pequeñas manos. Poco a poco, comenzó a respirar pesadamente, como si acabara de correr una maratón.

—¡¡Rin!! ¡¿Estás bien?! ¡Por favor, respira despacio!

Meg respondió al instante y sostuvo a Rin, que parecía a punto de desmayarse.

—Ahh, incluso ese cuerpo de muñeca puede hiperventilar. ¡Qué divertiiiiido...!

Flas. Un sonido seco retumbó. Meiko se había acercado a Luka y la había golpeado con fuerza en la mejilla izquierda.

—Te has pasado. ¿No sabes ver el límite de las cosas?

—Jejejeje... Oh, auuuch. Duele mucho... ¡Como si fuera real!

—...

Meiko y Luka se miraron en silencio. Luka sonrió con desesperación, como si ya no le importara nada, y Meiko ni siquiera trató de ocultar su intensa furia hacia ella. Fue una situación explosiva.

—Ajaja. No he visto a Rin rebajarse de esa manera en mucho tiempo.

—Len... Ya basta de burlas. Tan solo nos separan aún más.

Meiko reprendió a Len por su comentario sobre la tensa situación entre los dos, manteniendo su mirada severa. Había tenido una vida difícil y respondía a cualquier pelea que fuera con ella. Ahora, estaba más preocupada por los que la rodeaban y trató de suavizar la situación, pero si la disputa se convertía en una pelea... ella probablemente sería la vencedora.

Miró fríamente a Len. Esa mirada debió de ser desagradable. La temperatura en la habitación pareció disminuir. Incluso yo, escondida detrás de la puerta, temblaba un poco. Su enojo era aterrador. Pero ¿por qué había sido...? Cuanto más se enojaba y más se peleaban los demás, una exaltación indescriptible brotaba en mi corazón. Me sentía como si estuviera viendo una obra de teatro emocionante.

—¡Qué miedo…! Pero no estoy tratando de separar a nadie en particular. Ahh... ya veo. Ese es su objetivo...

—¿Qué es...? ¿Estás tratando de hacer que cambie de opinión?

—No, no. No tengo ninguna intención de causar discordia. Solo estoy haciendo lo que puedo. Tal vez hacer lo mismo una y otra vez durante un tiempo absurdamente largo nos ha vuelto locos. Pero eso parece obvio, dada la situación. No importa lo fuertes que seamos, cuando te encuentras en una situación como esta, lo más extraño es mantenerse sano. Pero ahora las cosas finalmente se vuelven interesantes.

—Hah... Te estás ganando un bofetón...

Los ojos rabiosos de Meiko ardían como el fuego. Giró su cuerpo hacia Len y dio un paso hacia adelante, pero una pequeña mano lo agarró. Rin, que todavía respiraba con dificultad, la miró en silencio con lágrimas en sus grandes ojos. Al ver esto, las llamas se apagaron, sin ningún lugar adonde ir. Meiko respiró profundamente para calmarse.

Meg, acariciando la espalda de Rin a su lado, aprovechó la oportunidad para hacer una pregunta.

—Uhm... Len, ¿a quién te referías con lo de "su objetivo"...?

—Me refiero al maestro titiritero. Las historias necesitan acción. Una obra de teatro que es todo calma y ningún conflicto, todo comodidad y amistad simulada, es simplemente aburrido, ¿no crees? Él nos está observando de cerca... Es necesario que haya más emoción.

Len se levantó lentamente de su sillón y se movió al centro de la habitación.

—He estado pensando en esto por un tiempo...

Los ojos azules, redondos y vidriosos del muchacho muñeco oscilaban inquietantemente en la suave luz anaranjada de la araña de luces.

—El maestro titiritero... ¡Está realmente entre nosotros?

—¿Eh...? Len, ¿qué...?

—El que nos invitó de la realidad a Crazy∞nighT... El que escribió la carta de invitación esa noche... El legendario dramaturgo, Burlet.

Las palabras dirigidas a nadie en particular hicieron que los seis restantes miraran hacia Len con un sobresalto, con rostros llenos de sorpresa y miedo. Todos se congelaron como estatuas de piedra mirándole la boca, esperando sus próximas palabras. Pero durante un tiempo, él no las tuvo.

Kaito recuperó la compostura más rápido, y habló en un tono serio.

—¿Qué quieres decir, Len...?

—Siempre pensé que era extraño. Esa noche, solo estábamos nosotros ocho allí. Nadie más. Y ahora, también... somos solo nosotros.

Mi corazón saltó. ¿Sabían que estaba aquí, escondida detrás de la puerta...? Apreté más las manos y cerré los ojos.

—Es cierto. Aunque fui el último en entrar... Esa noche, también, todos los demás se fueron a casa antes que nosotros...

—Pero... Estamos hablando de alguien capaz de cosas verdaderamente extrañas. Él ni siquiera parecía una persona normal. Tal vez pueda, por ejemplo, hacerse invisible a voluntad. ¿O tal vez no es humano? Como... un fantasma o un ser sobrenatural.

—Tal vez... Está claro que no es una persona común. Pero también es un hecho que existió como ser humano en el pasado. Aunque... entonces, también, su rostro, personalidad, edad, descendencia... La mayoría de la información sobre él estaba oculta. Pero siento que falta algo más que eso. Siento como si alguien nos estuviera mirando de cerca... Con la perspectiva de un miembro de la audiencia que simplemente disfruta de la obra.

—¿Un miembro de la audiencia... de cerca? ¿Sientes que nos está mirando?

—En esa carta, el maestro escribió: "Estaré observando la obra de cerca." Pero no dijo dónde exactamente. Digamos que este era un mundo dentro de un libro, y podría pasar las páginas cuando quisiera... viéndonos desde el mundo exterior. Consideré que podría ser un tipo de visión muy desacoplada. Pero...

Len se detuvo para pensar. Luego se llevó el dedo índice izquierdo a los labios y giró la mirada hacia la derecha y hacia abajo. Miró las rosas azules que Luka había tirado de la mesa antes, durmiendo inquietas en los trozos blancos del jarrón destrozado.

—Si fuera yo... Si fuera el maestro, ¿desde dónde vería esta obra...? Me colaría entre los actores, me convertiría en uno y los observaría mientras actuaba junto a ellos. Eso sería más agradable...

—¡...!

Un silencio pesado cayó con la sugerencia de Len, y el tiempo pareció detenerse.

¿El maestro estaba entre nosotros? ¿El mismo Burlet...?

El tiempo, detenido temporalmente por el miedo y la tensión, se reanudó con un suspiro. Kaito, el mayordomo, se había criado para convertirse en un líder, por lo que podía recuperar la compostura incluso en las situaciones más impactantes.

—Tu intuición a menudo es correcta, así que me asusta... ¿Pero podrías decirnos qué pruebas te llevaron a pensar eso?

—Por supuesto... Cuando Rin comenzó a hiperventilar, y Meiko le dio una bofetada a Luka... lo sentí. Cuando lo haces bien actuando, sientes el deleite y la emoción de la multitud... Algo completamente diferente de la emoción de una pelea. Una emoción llena de pura expectativa y curiosidad... Y estoy seguro de que sentí que venía de algún lugar de esta sala. Aunque no puedo identificar de quién.

—¡No puede ser...! ¿De uno de nosotros…? ¡¿Alguien de nosotros estaba disfrutando de esta terrible discordia?! —replicó Meiko a Len con enojo.

—Bueno... quién sabe si estaba disfrutando. Tal vez lo disfrute como una obra de teatro.

—Ya lo veo...

Kaito habló con una sonrisa amarga.

—Hemos estado en esto juntos, ¿no es así? No puede suceder algo así. Hemos sido amigos durante años, y todavía podemos recordar con cariño el tiempo que ha pasado desde esa reunión hasta ahora... Eso es indudable, ¿no? No estarás sugiriendo que alguien ha estado todo este tiempo poseído por el fantasma de Burlet, ¿verdad?

—Quién sabe... Tuve la corazonada de que estaba entre nosotros. No dije que tenía pruebas sólidas. Por eso las he estado buscando.

—En realidad, yo también lo pensé. La noche del incidente. No había nadie más que los que estamos aquí ahora, ¿verdad que no?

Meg musitó y añadió sus propias suposiciones.

—Si suponemos que Burlet está entre nosotros, entonces tendría más de cien años... Significaría que puede cambiar su forma a voluntad. Pero, determinar la personalidad de una persona y las experiencias pasadas solo por sus acciones es difícil, ¿no? ¿Sería posible que hubiera inventado todo el comportamiento de esa persona y todo lo que hizo en el mundo real?

—Solo es una conjetura, ¿vale? No es seguro que esté aquí... —insistió Meiko, nerviosa.

—Si podemos imaginarlo, entonces es una posibilidad. —dijo Gack cortante, con preocupación.

—Tal vez sea como nuestro engaño a Miku... Él podría estar engañándonos del mismo modo.

Las palabras cortantes me golpearon como un cuchillo en el pecho. Inmediatamente, salí de mi submersión en la obra que estaba viendo desplegarse ante mí, de vuelta a la realidad.

Todo este tiempo, había anhelado que alguien finalmente dijera mi nombre, pero tan pronto como lo escuché, la tenue luz de esperanza que veía desapareció. Había intentado mantener esa temerosa posibilidad fuera de mis pensamientos desde que se me ocurrió... Que todos los demás me daban la espalda, y me engañaban... Esa terrible idea ahora se confirmaba como realidad. Miku, te falta ingenio. Miku, eres ingenua y fácil de engañar... Serías un buen miembro de la audiencia. Era justo como me habían dicho.

Me incorporé a la comedia que estaba teniendo lugar, y pensé que me convertiría en una actriz del mismo nivel que ellos. Pero esa niña tonta no era su amiga y compañera, solo su audiencia. Y ciertamente no era la estrella del espectáculo. Pero si estaban siendo engañados por un maestro titiritero superior... ¡¿Qué farsa más absurda era esta?!

—Pero ahora hemos demostrado que somos capaces de considerar la posibilidad. Tal vez podamos aguarle la fiesta, ¿no creen?

—No… —Kaito negó la sugerencia de Meiko con una profunda arruga en su frente.— Estoy seguro de que está encantado en el fondo... Estará pensando "por fin se dieron cuenta"...

Len siguió después de Kaito. Por enésima vez, un silencio opresivo invadió la habitación.

—Pero... En serio, ¿quién podría ser...? —murmuró Rin, con la cabeza baja.

Las caras de todos se tensaron y, no queriendo mirarse el uno al otro, concentraron sus oídos en el silencio inquietante. Si alguien hacía un pestañeo, un suspiro, una mirada, un gesto, un comentario equivocado... incluso un latido irregular. En esta situación, haría que los otros seis lo notaran a la vez. Todos aguzaron sus sentidos para prestar atención a cualquier indicio, como una bestia vagando en un coto de caza que permanece quieta hasta que los humanos se marchan; su tensión era muy evidente.

—Todo el mundo es sospechoso... Es cierto. Por supuesto, creen que yo lo soy también, por lo que su silencio es realmente doloroso para mis oídos...

Meg abrió la boca primero. La amante de los misterios y los clásicos, que había trabajado en sus propios guiones, era la sospecha más fácil a simple vista. Estaba tratando de llenar la distancia antes de que todos los demás la señalaran. Meiko la miró, bajando las cejas.

—Agh... Lo dijiste tú misma cuando nos sentamos a tomar el té. La mayoría de las veces, la persona más sospechosa no es la culpable. Entiendo que no lo eres y, honestamente, no quiero sospechar de nadie. Digamos que el maestro está entre nosotros. Entonces, ¿qué pasa? ¿Qué cambia eso? Solo hay un final que buscamos. Eso no cambiará, ¿no?

Meiko mintió. Meg le había dicho que la persona más sospechosa, que siempre se consideraba primero como asesino, a medida que transcurría la historia, las dudas parecían erróneas, pero sin embargo, un patrón común en los misterios era que, en última instancia, incluso eso era parte del plan y la persona que se había considerado sospechosa al comienzo era, en realidad, la culpable. Yo misma había escuchado la conversación entre Meiko y Meg. Sí, detrás de una puerta, en secreto, como ahora.

—Vaya, eso espero —dijo Luka. Sus ojos parecían dudar de todos los demás en la habitación.

—Si hay un titiritero entre nosotros, engañándonos... Identificar quién es puede no tener ningún impacto en su objetivo, ni en la realización de nuestro objetivo. Seguramente saben por qué, ¿no?

Los ojos dudosos de todos se ensancharon de repente. Las palabras de Kaito les habían recordado algo. Lentamente, se volvieron inquietos y temerosos.

—Sí... Kaito tiene razón. Aunque descubramos quién es, no creo que sea de mucho beneficio para nosotros —comentó Gack con tono angustiado.

—Hmm... ¡Y es posible que nuestra meta sea la misma que la suya!

—Es bueno que lo sepamos, ¿saben? Poco a poco estamos alcanzando nuestro objetivo. Con cada repetición aprendemos más sobre las reglas que gobiernan este mundo de la obra.

Kaito resumió su opinión para controlar la situación que pronto podría volverse amarga. Meg y Gack agregaron sus propios comentarios persuasivos. Incluso sabiendo que el maestro que los atrapó en este mundo podría estar entre ellos, de alguna manera estaban recuperando su ética de equipo habitual.

Rin levantó la cabeza, se puso de pie y habló con luz en sus ojos.

—Casi lo tenemos. Siento que vamos por buen camino. Solo que... hay algo que aún se nos escapa... Estoy segura.

—Sí, es cierto. Nuestras acciones están causando desviaciones menores. Poco a poco, el tiempo en el mundo real se acorta. Gradualmente, esa noche está interfiriendo con este mundo. Pero, por supuesto, no podemos medir con precisión el efecto que está teniendo en la realidad. Aun así, hemos aprendido que no es insignificante.

—Es verdad... Pero sigo pensando que debemos evitar tropezarnos por las prisas. No podemos permitirnos otro error como el de esa noche otra vez...

—Sí, lo sé...

La mención de "esa noche" pareció cambiar el estado de ánimo en la sala. Sus expresiones serias estaban casi trastornadas, y el grupo parecía unido en el logro de un objetivo específico. Asombrada por esa impresión, mis manos apretadas comenzaron a sudar.

—Lo importante es la carta. Rin falló esta vez. ¿A alguien se le ocurre algún plan?

—...

—Debemos actuar rápidamente, antes de que se acabe el tiempo. —Gack miró su brazo izquierdo como si estuviera mirando un reloj que no llevaba puesto.

—Está bien, llegados a este punto... Puede ser un poco duro, pero no importa cómo lo hagan. Solo consigan la carta.

—Sabes, esta vez parece mucho más cautelosa de lo habitual. Estoy pensando que después de un final así, aún tiene algunos fragmentos de sus recuerdos olvidados, influenciando sus pensamientos. Ni siquiera bebió mi segunda taza de té...

—Ah, es cierto... Esquivó por completo la colaboración entre Meg y yo. Y como Len le mostró los guiones anteriores, probablemente ahora esté aún más en guardia.

—Bueno, no hay tiempo... Esta noche puede terminar mal también si la próxima vez lo logramos. Fue una apuesta peligrosa llevarla a la biblioteca... Pero personalmente, obtuve algo de buena información.

—Pero... tengo miedo. Oye, Kaito... Si acaba como antes...

En algún momento, Rin había regresado al lado de Kaito.

—Sí. No nos dejaremos matar... El verdadero final no requerirá nuestras muertes.

—Tenemos que proteger el hecho de que ella murió... y el contenido de los ataúdes. Si no podemos hacerlo, nunca volveremos a la realidad. Cueste lo que cueste, Miku no puede saber la verdad. Ella no puede volver a la realidad así.

—Meiko tiene razón. La protagonista de esta obra morirá, diga o haga lo que quiera. Ese es su destino... Es la ley de este mundo ...

—Cielos, lo siento por ella...

—Es inevitable si queremos revivirla de la tumba. Ese es nuestro objetivo, ¿no es así?

—Len... Tienes razón. Sí, lo entendemos.

—Bien. Terminemos la reunión aquí. Probablemente estará terminando su búsqueda en el almacén y vendrá pronto. Está lleno de basura, así que estoy seguro de que le tomará un tiempo buscar cuidadosamente, pero...

Estaba tan sorprendida que incluso olvidé respirar, escuchando atentamente la larga conversación.

Toc.

—............... ¿Miku...? ¿Está ahí?

El viento afuera aullaba como de costumbre. La rama junto a la ventana la golpeaba de vez en cuando, produciendo un sonido como de golpe.

—Parece que es solo el viento. Es parte del guion que la tormenta externa se vuelva más intensa en este momento. El clímax se acerca... ¿Es hora del efecto del trueno...?

Gack se quedó mirando por la ventana. Pero ya me había dado la vuelta y solo escuché parte de sus palabras.


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